NAIROBI.- Representantes de 175 países iniciarán este lunes en Nairobi la tercera reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-3) para desarrollar un tratado jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plástico, con medidas concretas en la mesa por primera vez.
«Hay un enorme impulso por parte de personas y gobiernos en todo el mundo para abordar la contaminación plástica. Este es un momento crucial para ponerse manos a la obra y comenzar a negociar el contenido del tratado», dijo a EFE el jefe de la delegación de la organización Greenpeace para las negociaciones, Graham Forbes.
La cita se hace más urgente que nunca cuando la contaminación por plástico no ha hecho más que crecer en las últimas décadas: este material puede encontrarse ahora en las cimas de las montañas y en las profundidades del mar.
Los plásticos generaron además en 2019 un 3,4 % de las emisiones globales de gases invernadero, poniendo en riesgo los esfuerzos por no superar el límite de 1,5 grados de calentamiento global, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuya sede en la capital keniana acoge la reunión.
El INC fue el histórico resultado en marzo de 2022 de la V Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-5), y celebró sus reuniones anteriores entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre de ese año en Punta del Este (Uruguay), y entre los pasados 29 de mayo y 2 de junio en París.
Pero esta ronda tiene una importancia añadida porque los países debatirán con el primer borrador del tratado en las manos, elaborado por el presidente del Comité, el peruano Gustavo Meza-Cuadra, en base a las conversaciones mantenidas en la capital gala.
DIFERENTES POSTURAS
Más que un tratado, sin embargo, el conocido como «borrador cero» es un compendio de las posturas divergentes que mantienen los diferentes países, entre las cuales los delegados deberán empezar a elegir en la reunión que se celebra en Nairobi hasta el próximo 19 de noviembre.
Así, el documento propone varias medidas posibles para cada objetivo, desde las posturas más ambiciosas, que piden la limitación de la producción de plásticos y el establecimiento de normas globales y vinculantes, hasta las menos, que se centran sólo en el reciclaje y la gestión de residuos.
En este segundo grupo, se han situado países como Arabia Saudí, China o Estados Unidos, por ejemplo.
«Muchas de las opciones incluidas en el primer borrador tienen un lenguaje sustancialmente más débil y obligaciones menos específicas, lo que hace tentador para los gobiernos volver a antiguos hábitos de depender de medidas nacionales o voluntarias en vez de crear normas comunes», alertó Eirik Lindebjerg, líder de la campaña de plásticos en la organización WWF.
En este sentido, expertos han recordado que alrededor del 98 % de los plásticos son derivados de los petroquímicos obtenidos de los combustibles fósiles, lo que hace de ese material una nueva línea de negocio a la que los países productores y la industria no quieren renunciar, en plena transición energética y reducción del carbón, el petróleo y el gas.
En el otro extremo, una alianza de una sesentena de países lanzada por Ruanda y Noruega y que incluye a la Unión Europea (UE), busca prohibiciones o reducciones globales de los plásticos más contaminantes y una atención especial a las demandas de los países menos desarrollados y los estados insulares.
Antes de nada, no obstante, los delegados deberán ponerse de acuerdo sobre el procedimiento, una discusión que ocupó los dos primeros días de la reunión en París, donde países como Arabia Saudí, Rusia o China alegaron que debía emplearse el consenso y no la mayoría, algo que permitiría el veto.
Las negociaciones para frenar la asfixia del mundo bajo el plástico cruzarán así esta semana su ecuador, antes de las próximas dos citas previstas en abril de 2024 en Canadá y en Corea del Sur a finales de año.
EFE