VALENCIA.- Cambiar lo que entendemos por verano o invierno, por frío y calor, será necesario en los próximos años debido al efecto del cambio climático, especialmente en la zona mediterránea.
Es lo que considera la directora del área de Meteorología y Climatología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Samira Khodayar.
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En una entrevista con EFE, asegura que «ya estamos viendo» el incremento de intensidad, extensión, severidad e impacto sobre la salud de lluvias, olas de calor y frío o temporales de viento.
«La precipitación media acumulada de la península Ibérica desciende claramente y la previsión es que siga bajando en el futuro», explica Khodayar.
A ello se añade el fenómeno al que la meteoróloga se refiere como «tropicalización», es decir, un aumento de la temperatura del mar; en el caso del Mediterráneo, desde 1982 y hasta la actualidad, ya ha alcanzado los 1,6 grados, un dato que «puede parecer poco, pero no lo es».
Como consecuencia de esta «nueva normalidad climática», la idea de cuatro estaciones anuales de igual duración es ya cosa del pasado, según Khodayar. «Hoy en día, el verano ya es cinco o seis semanas más largo que anteriormente», constata.
Al mismo tiempo, «los otoños son cada vez más cálidos», y los días con temperaturas elevadas aumentan también en inviernos, con menos heladas y temperaturas mínimas más suaves.
En 2022, España y parte de Europa sufrieron desde la primavera varias olas de calor prácticamente consecutivas, con una sequía prolongada y numerosos y devastadores incendios forestales.
Y todo ello no solo en la tierra, sino también en el mar, donde se generalizarán e intensificarán las «olas de calor marinas», es decir, periodos prolongados de temperaturas muy altas.
Todo ello, además, en un contexto de sequía generalizado, en el que España «va a ser una de las zonas europeas más afectadas» por la falta de agua.
«No pensamos que estemos en esta situación pero, en un tiempo, las condiciones de Madrid se van a parecer a las de Marrakech», (Marruecos, norte África), asegura Samira Khodayar.
EFE