CARACAS.- Un año después de su retirada forzosa del cuadro individual del torneo de Wimbledon, de estar alejada de la competición y también de los focos, la estadounidense Serena Williams, la jugadora en activo con más títulos del Grand Slam, regresó a las pistas.
Fue en la modalidad de dobles en compañía de la tunecina Ons Jabeur con una victoria sobre la española Sara Sorribes y la checa Marie Bouzkova por 2-6, 6-3 y 13-11 en el torneo de Eastbourne que se disputa sobre hierba, igual superficie que en Wimbledon, su auténtico objetivo.
La jugadora de 40 años no conseguía un triunfo en dobles desde el 2020 en el torneo de Auckland. Esta fue su última aparición como doblista.
Williams llevaba casi doce meses al margen de los torneos desde su resbalón en la pista central del All England Club en su duelo ante Aliaksandra Sasnovich, donde la estadounidense abandonó el torneo por lesión. Este puede ser el último Grand Slam para Serena Williams y se le agotan las posibilidades de igualar la histórica marca de Margaret Court, la única con veinticuatro majors entre sus méritos.
Nadie tiene tantos y la veterana es la única que puede lograrlo. El Abierto de Australia, en el 2017, fue el último Grand Slam que consiguió. Tiene siete trofeos conquistados en Melburne y otros tantos en Wimbledon, así como tres en Roland Garros y seis del Abierto de Estados Unidos. Está a solo un premio del registro imposible de Court.
Estuvo cerca en el 2018 y 2019 cuando fue finalista tanto de Wimbledon como del Abierto de Estados Unidos, torneos que este año también son su esperanza para ganar un trofeo en las superficies que más se adaptan a su juego.
Con 40 años pretende aprovechar la invitación de la organización del All England Club desde la próxima semana, transitar por la competición y acaparar méritos en un circuito que carece de un dueño claro. Si Williams no triunfa en Wimbledon, alargará su carrera a Nueva York. El veinticuatro es un reto.
EFE
