San Sebastián.- La Real Sociedad se aprovechó de un Real Madrid con varias ausencias importantes para superarlos autoritariamente 2-0.
El equipo de Carlo Ancelotti no estuvo nada cómodo y concedió demasiadas oportunidades en la primera mitad. La Real Sociedad llevó el peso del juego, aunque sin poder despistarse porque cada recuperación de los blancos también significaba peligro para los locales.
El primer aviso visitante llegó en un gran disparo de Tchouameni, que remató de maravilla y obligó a Remiro a lucirse para evitar el tanto. Al igual que hizo el cancerbero navarro en un cabezazo de Rodrigo que iba a gol si no llega a intervenir.
La reacción de la Real Sociedad llegó de las botas de un exmadridista, Takefusa Kubo, que fue el que mejor interpretó lo que el partido requería. Con su verticalidad, el japonés obligó a Nacho a sudar cada vez que se hacía con la pelota el delantero japonés.
Laos blanquiazules tuvieron su gran ocasión para irse con ventaja al descanso cuando Zubimendi remató remató al larguero con Courtois ya batido.
Los donostiarras fueron a por todas viendo que su rival estaba falto de reacción y superado en la medular. Sorloth se hizo con un balón para encarar a Courtois y viéndole desmarcado se la dejó a Silva. El canario, sorprendentemente, remató mal y desperdició una ocasión de oro para los suyos.
La segunda mitad empezó de fábula para los vascos, que aprovecharon un garrafal error de Militao en una peligrosa cesión a Courtois cortocircuitada por Take Kubo, adelantándose al portero belga para abrir el marcador con mucha convicción.
El Real Madrid quedó tocado, mostró su potencial ofensivo con pinceladas y casi siempre mirando hacia atrás porque cuando perdía un balón la Real salia en tromba hacia la portería blanca a finiquitar el encuentro.
La expulsión de Carvajal, que ya tenía una amarilla y entró fuerte en el centro del campo a Aihen Muñoz, allanaría definitivamente una victoria local confirmada a cinco minutos del final cuando logró el segundo Ander Barrenetxea en un soberbio para acabar con cuatro años de superioridad blanca.
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EFE
