FILADELFIA.- El expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris se enfrentarán esta noche en Filadelfia en su primer debate presidencial mientras las últimas encuestas muestran que la carrera por la Casa Blanca sigue ajustada y sin un líder claro.
La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, la vicepresidenta Kamala Harris, se encuentra descansando en la ciudad de Filadelfia tras unos duros días de preparación del que será su primer debate presidencial este martes por la noche, que su campaña ve como «el debate entre una fiscal general y un criminal convicto».
Así lo contó a EFE Macarena Casado, directora de medios de la campaña Harris-Walz, en una entrevista en el centro de convenciones de Filadelfia, cercano a donde esta noche, a las 21.00 (01.00 GMT del miércoles), Harris se verá la cara por primera vez con el expresidente y candidato republicano, Donald Trump (2017-2021).
«Harris tiene el don de la palabra. Este va a ser un debate entre una fiscal general y un criminal convicto y ella está lista para presentar su caso», apuntó.
La vicepresidenta, añadió Casado, se encuentra en Filadelfia «descansando un poco» y preparándose «para un momento que ha estado esperando por muchísimo tiempo».
Aunque lo afronta con la desventaja de enfrentarse como novata al candidato que más debates presidenciales ha hecho en la historia moderna, siete, la directora de medios afirma que está más que preparada. Todo ello pese a que las reglas del debate -acordadas en su día cuando el presidente, Joe Biden, era candidato- podrían no beneficiar a la demócrata.
En el debate organizado por ACB News, moderado por los periodistas David Muir y Linsey Davis, los micrófonos de quien no tenga el turno de palabra estarán silenciados.
Los candidatos tendrán dos minutos para responder preguntas, junto con un minuto adicional para hacer seguimiento y, al cierre, dos minutos de declaraciones finales que iniciará Harris y concluirá Trump, tras haberlo sorteado con una moneda.
«Esto de los micrófonos es bien particular, porque Donald Trump dijo muchas veces ‘yo quiero el micrófono abierto’, pero sus asesores, que evidentemente lo manejan, dijeron no porque saben que no se puede comportar presidenciablemente por 90 minutos y mucho menos frente a Kamala Harris, ya que ha demostrado toda su vida que desprecia a las mujeres, que desprecia todo lo que no es igual a él», apuntó.
También es particular «el hecho de que los moderadores no corrigen sus mentiras», pues como en el primer debate se dedican sólo a hacer las preguntas, sin mayor intervención. «Aquí no hay una verificación y se hace muy difícil enfrentarse a un hombre que está mintiendo. En el debate pasado, dijo 36 mentiras», asegura Casado.
Pese a la importancia de la cita, la directora de medios afirma que «para nada» es el día más importante de la campaña. «Obviamente es un momento importante en el que los estadounidenses lo pueden sentir en la calle, la gente está a la expectativa, quiere verlos (…), pero la historia ha demostrado que los debates no mueven la aguja».
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EFE