López Obrador reconoce uno de los días más difíciles respecto a homicidios en México

CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció este jueves que el pasado martes fue uno de los días “más difíciles” en el país respecto al tema de homicidios.

“Acabamos de tener, antier, un día de los más duros, difíciles, con 118 homicidios. Afortunadamente hoy ya fueron 65”, dijo el mandatario durante su rueda de prensa matutina desde el Palacio Nacional.

El martes se registró el día más violento del año y el segundo con más homicidios dolosos de todo el sexenio de López Obrador, quien asumió el 1 de diciembre de 2018.

En uno de los hechos violentos de ese día, un ataque armado en un hotel y un bar aledaño ubicados en el céntrico estado mexicano de Guanajuato dejó como saldo al menos 11 personas muertas.

Pese a ello, López Obrador descartó que su Gobierno deba hacer ajustes en la estrategia de seguridad, pues consideró que “se ha avanzado”, aunque reconoció que es un tema muy complejo.

“Se ha avanzado y vamos a avanzar más. ¿Por qué tenemos ventaja? Primero, porque no permitimos la corrupción; segundo, porque no hay contubernio, está bien definida la autoridad, no hay asociación delictuosa; y lo otro, y más importante, estamos atendiendo las causas”, sostuvo.

El mandatario mexicano justificó así los episodios de violencia en el país, y aseguró que antes eran culpa del Estado.

“Sí (hay homicidios), pero no es el Estado. Sí (hay muertes) y tratamos de evitarlas pero hay una gran diferencia: no es el Estado”, insistió.

No obstante, reconoció que la incidencia de delitos tampoco ha registrado una baja sustancial.

“Hay una disminución de homicidios. Leve, pero ya no continuó el incremento. Ya no es la tendencia”, defendió.

Y aunque descartó que los homicidios sean perpetrados por el Estado, admitió su responsabilidad para reducir los índices de este delito: “Si no soy culpable, sí soy responsable”.

Denunció que la violencia responde a que en el pasado se desintegraron las familias, se abandonaron a los jóvenes y se pensaba que todo se iba a resolver con medidas coercitivas y «mano dura».

EFE