CIUDAD DEL VATICANO.- El papa bautizó este domingo en la Capilla Sixtina a 21 niños, en una ceremonia que rememora el bautizo de Jesús en las aguas del río Jordán, y pidió a los padres que los bebes se sintieran bien durante el acto: «Si tienen hambre, dadles el pecho, que no lloren. Si tienen demasiado calor, cámbienlos. Pero que se sientan a gusto, porque hoy mandan ellos y nosotros debemos servirles».
En una de las pocas ceremonias que tienen lugar en la Capilla Sixtina, el lugar donde se celebran los cónclaves para elegir al papa, Francisco también dirigió sólo unas breves palabras al pedir que estos niños, tradicionalmente hijos o nietos de empleados vaticanos, «crezcan en la fe, en la verdadera fe, en la verdadera humanidad, en la alegría de la familia».
La ceremonia comenzó con la señal de la cruz realizada por el papa Francisco a los bebés y por sus propios padres y luego llegó el momento del bautismo, cuando el papa pronunció el nombre de los niños y derramó el agua sobre la cabeza de los pequeños.
Los niños recibieron la unción en la frente por parte de los dos concelebrantes: el limosnero apostólico, el cardenal polaco Konrad Krajewski, y el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el obispo español Fernando Vérgez.
Y posteriormente, a los niños se les vistió con una túnica blanca, símbolo que una nueva vida, y después cada padre se acercó al Cirio Pascual situado cerca del papa para encender una vela «para recibir la luz de Cristo» y el papa les pidió que cuando en familia haya alguna dificultad la enciendan.
La ceremonia del bautismo concluyó con los celebrantes que tocaron a la boca y las orejas de los bebes para que puedan escuchar y proclamar la fe.
FE