PARÍS.- Jasmine Paolini prosigue el sueño italiano en esta edición de Roland Garros, donde alcanzó su primera final de un Grand Slam tras derrotar a la rusa Mirra Andreeva, de 17 años, 6-3, 6-1, para afrontar a la polaca Iga Swiatek, número 1 del mundo y vencedora de las dos últimas ediciones.
«Soñar es lo más importante en la vida«, aseguró la tenista sobre la pista central de París pocos minutos después de haber logrado el mayor éxito de su carrera.
A sus 28 años, la favorita número 12 tardó 1 hora y 13 minutos en frenar la fogosidad de la adolescente, entrenada por la española Conchita Martínez, que en ningún momento se encontró cómoda ante la pujanza de la italiana.
Una gesta tardía para esta jugadora originaria de la Toscana que hasta este año no pudo encadenar dos victorias consecutivas en Grand Slam y que solo había brillado en el circuito secundario.
Su pequeña talla, 167 centímetros, le había mermado en el circuito principal, hasta que hace un año empezó a trabajar su mente para rivalizar contra las mejores.
Octavofinalista en el pasado Abierto de Australia, Paolini confirmó su mejora levantando en Dubai su primer torneo WTA 1.000, la categoría inmediatamente por debajo de los Grand Slam.
Pero en París su tenis aguerrido y potente ha encontrado su mejor versión en un año en el que la bandera verde, roja y blanca ondea en todos los cuadros del torneo.
La menuda figura de la italiana, de origen polaco y ghaneano, también ha conseguido clasificarse para semifinales del doble, junto con la veterana Sarra Errani.
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EFE