PARÍS.- La OCDE subraya la resiliencia de la economía global, para la que confirma e incluso eleva ligeramente sus previsiones de crecimiento para el año próximo, al 3,3 %, tras el 3,2 % en 2024, pero teme el impacto de los conflictos geopolíticos y el aumento de las tensiones comerciales.
En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pone el acento en que la caída de la inflación ha permitido que aumente el gasto de los particulares y una rebaja de tipos, que han compensado las incertidumbres por la situación geopolítica global.
Las cifras son bastante contrastadas incluso dentro de los países desarrollados, entre los que destaca el comportamiento de Estados Unidos, con un crecimiento «sólido», que se espera del 2,8 % este año y del 2,4 %.
La otra cara de la moneda en la OCDE es Japón, por un lado, y por otro Europa, con una progresión limitada al 0,9 % este año en Reino Unido (1,7 % en 2025) y en la zona euro, donde el alza será de sólo el 0,8 % en 2024 y del 1,3 % en 2025.
La zona euro en su conjunto está lastrada por los que son sus tres grandes motores, Alemania (0 % en 2024 y 0,7 % en 2025), Francia (1,1 % en 2024 y 0,9 % en 2025) e Italia (0,5 % en 2024 y 0,9 % en 2025), cuya evolución a su vez contrasta enormemente con la de España.
De acuerdo con las previsiones de la OCDE, el PIB español subirá un 3 % este año, y será el segundo más elevado de todos los Estados miembros, sólo por detrás del de Turquía (3,5 %), que en muchos aspectos tiene un comportamiento muy parecido al de una potencia emergente.
De hecho, las diferencias son igualmente notables entre las grandes potencias emergentes, con dos gigantes que tiran del carro, que son China (4,9 % en 2024 y 4,7 % en 2025) e India (6,8 % y 6,9 %, respectivamente), otras que siguen de cerca, como Brasil (3,2 % y 2,3 %) y algunas que se quedan mucho más atrás como México (1,4 % y 1,2 %).
Aunque no lo nombran explícitamente, los autores del informe se refieren de forma implícita a la próxima presidencia de Donald Trump por su voluntad declarada de un endurecimiento radical de la política comercial estadounidense con un aumento de los aranceles a diestra y siniestra: de China a sus aliados europeos pasando por sus socios y vecinos México y Canadá.
Así, indican que «las incertidumbres que rodean las políticas comerciales se han acentuado claramente en los últimos meses, lo que agrava las preocupaciones por el aumento en marcha del número de medidas de restricción de las importaciones aplicadas por las grandes economías».
El porcentaje de importaciones a las que se aplicaban restricciones ha pasado de menos del 8 % hasta 2020 a algo más del 10 % en 2023 y a casi el 12 % en 2024, según los autores del informe.
El economista jefe de la organización, Álvaro Pereira, insiste en que el comercio ha sido en las últimas décadas «un importante motor del crecimiento, la creación de empleo y la reducción de la pobreza a escala global».
Y, si bien es cierto que «no todo funcionaba a la perfección» y los beneficios no se han repartido de manera equitativa, advierte de que «un aumento de las tensiones comerciales y nuevos avances hacia el proteccionismo podrían perturbar las cadenas de suministro, elevar los precios de consumo y afectar negativamente al crecimiento».
Además -añade- una escalada de las tensiones geopolíticas y de los conflictos «podría causar trastornos en el comercio y los mercados energéticos, con el consiguiente riesgo de subidas de los precios de la energía».
Sobre la política monetaria, la OCDE señala que conforme las presiones inflacionistas sigan bajando, los bancos centrales habrán de continuar bajando los tipos, pero «con prudencia», y teniendo siempre en cuenta los datos que se vayan conociendo.
Porque -señala Pereira- «si no se logra contener la inflación de manera duradera, aumentarían los riesgos para el crecimiento y las rentas reales».
EFE