WASHINGTON.- «¡Nunca dejaré a mis hijos, mis hijos son mi vida!» fue el grito de guerra que se oyó este martes frente al Casa Blanca donde cientos de personas, muchas de ellas madres migrantes, clamaron para exigir un alivio migratorio temporal para los centroamericanos en Estados Unidos.
La plaza de Lafayette, frente a la residencia oficial del presidente estadounidense, Joe Biden, fue escenario de una protesta para exigir la extensión del programa Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los migrantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua, y la designación para Guatemala.
Allí hubo proclamas reivindicativas, representaciones teatrales para dar muestra del sufrimiento de las familias migrantes y música para defender el TPS para esos países, un programa del Gobierno de EE.UU. por el que se posterga la deportación y se extienden permisos de trabajo para personas oriundas de naciones que han sufrido desastres naturales o afrontan graves problemas de violencia.
Carmen Sánchez, una salvadoreña que tiene 23 años en EE.UU. y no quiere regresar: «Si volviera a mi país no tendría dónde trabajar y no tendría cómo sustentar a mi familia».
«Tengo dos trabajos, uno de día y otro de noche, los años que llevo en este país he contribuido con mis impuestos, he cumplido con el Gobierno. Quiero mi residencia», sentenció esta mujer, que llevaba un cinto en el pelo con las palabras «residencia permanente» en inglés.
En noviembre pasado, el Gobierno de EE.UU. anunció una ampliación del TPS para los nacionales de El Salvador, Honduras y Nicaragua hasta junio de 2024, y los participantes en la concentración, que más tarde se dirigió hacia el Capitolio, desean que se extienda hasta más allá de esa fecha.
EFE