CARACAS.- El Bayern Múnich le ganó 2-0 al Hertha Berlín y recuperó el liderato de la Bundesliga gracias a Serge Gnabry y Kingsley Coman.
Los hombres de Thomas Tuchel estaban ante un escenario único para asaltar el liderato. El empate del Borussia Dortmund en su visita al Bochum (1-1) les dio una oportunidad de oro para elevarse hasta la primera plaza.
Además, enfrente tenía al Hertha Berlín, colista de la Bundesliga y con muchas urgencias por no perder la estela del Bochum, a seis puntos de distancia antes de empezar el duelo y club que en estos momentos disputaría la promoción.
El Hertha planteó el duelo de forma sencilla: aguantar el resultado con un sistema conservador. Casi colgó a sus once jugadores debajo del larguero de la portería defendida por el guardameta Oliver Christensen. Arriba, como una islote, Florian Nierderchner tenía la misión de meter miedo con alguna jugada aislada.
La idea aguantó exactamente 69 minutos, los que tardó el Bayern en romper un muro en el que destacaron dos nombres por encima del resto: Christensen, muy acertado en sus intervenciones, y el central Lucas Tousart, una roca inexpugnable y desesperante para los atacantes del equipo de Tuchel, necesitado de una victoria de forma desesperada.
El técnico de Krumbach no ha dejado de sufrir desde que fue contratado por el Bayern para sustituir al cesado Julian Nagelsmann. Empezó con una victoria esperanzadora ante el Dortmund (4-2) y, desde entonces, sólo ganó otro partido, al Friburgo, y fue eliminado de la Liga de Campeones y de la Copa de Alemania.
Dos victorias en siete encuentros, dos eliminaciones y la perdida del liderato eran demasiado para dirigentes como el presidente del Consejo Directivo, Oliver Khan, que defendió a Tuchel y cargó contra la plantilla: «Más allá de toda discusión táctica, en el campo había once jugadores que tenían la obligación de romperse el culo por el club».
Con ese guion lleno de presión, el Bayern saltó al terreno de juego del Allianz Arena con el reto de superar la muralla del Hertha. En la primera parte, apenas gozó de tres oportunidades. Una, clarísima de Sadio Mané, un cabezazo a bocajarro, se marchó fuera. Y las otras dos, de Coman y de Gnabry, acabaron con un par de paradones de Christensen que sostuvieron a su equipo.
Sin embargo, noventa minutos era demasiado tiempo para aguantar el 0-0 y en el segundo acto, tres de los cuatro protagonistas de las mejores ocasiones de los 45 minutos iniciales volvieron a emerger con diferente resultado. En esta ocasión, Christiansen no pudo sacar un cabezazo tremendo de Gnabry y un disparo de Coman. Ambos, asistidos por Joshua Kimmich, clave para romper la tela de araña tejida por el Hertha.
Ambas acciones fueron suficientes para el Bayern. El Hertha aguantó casi 70 minutos con orden pero sin resistencia. Al final acabó cediendo a las ganas del Bayern, que recuperó el liderato y, ya de paso, Tuchel ganó crédito tras sumar su tercera victoria desde que accedió al banquillo del cuadro bávaro.
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EFE