Miami.- Boeing se siente más cerca de convertirse en el segundo sistema privado de transporte de astronautas y carga desde suelo estadounidense a la Estación Espacial Internacional (EEI), y viceversa, a dos días del despegue de la misión no tripulada OFT-2 desde Florida (EE.UU.).
«Estamos listos, realmente no hay problemas pendientes», aseveró este martes en una rueda de prensa el vicepresidente del Programa de tripulación comercial de Boeing, Mark Nappi, tras una visita junto a directivos de la NASA a la nave Starliner, a la que se le han hecho los últimos chequeos y solo espera ser transportada a la plataforma de lanzamiento.
Con un 70 % de condiciones climáticas favorables, todo sigue en pie para que el jueves a las 6.54 de la noche, hora local (22.54 horas GMT), despegue desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral un cohete Atlas V con la cápsula CST-100 Starliner en su cúspide.
Unas 24 horas después, el módulo Harmony de la EEI recibirá a la nave, que se acoplará de forma autónoma y llegará con 800 libras (más de 360 kilos) de carga, de las cuales 500 (casi 230 kilos) corresponden a material de la NASA y suministros para la tripulación.
La cápsula se mantendrá por unos cinco días en el laboratorio orbital para luego emprender un viaje de regreso que concluirá en el desierto de Nuevo México, donde aterrizará con 600 libras (270 kgs) de carga, incluidos los tanques reutilizables del sistema de recarga de oxígeno y nitrógeno que proporcionan aire respirable a los miembros de la tripulación de la estación.
Del éxito de la OFT-2 (Orbital Flight Test 2), que desde su despegue hasta su regreso consta de cuatro fases, dependerá que Boeing obtenga la certificación de la NASA que le permita convertirse en el segundo «servicio de taxi» privado que mantenga la agencia estadounidense, después de SpaceX.
EFE/Unión Radio