DENVER.-El alcalde de Denver, Michael Hancock, declaró el estado de emergencia en la capital de Colorado tras la llegada masiva de migrantes, aseveró que «las ciudades de todo el país se ven obligadas a lidiar con algo para lo que no estamos equipados».
«Está en un punto de crisis en este momento», enfatizó el alcalde, quien dijo que no han colapsado en la ciudad gracias a la ayuda de iglesias y organizaciones humanitarias.
Centenares de esos migrantes llegados a Denver solicitaron este viernes ayuda de las autoridades locales y de la comunidad en sus redes sociales y en medios de comunicación para encontrar alojamiento y trabajo en esta ciudad, tras agotarse la ayuda inicial que habían recibido.
Hancock subrayó que de 40 a 170 personas llegarán a Denver cada noche en una avalancha que dijo no saber cuándo se detendrá.
A pesar de que la municipalidad abrió dos albergues temporales y a pesar de la colaboración de varias organizaciones religiosas o sin fines de lucro (incluyendo la Iglesia Ciudad de Dios y el centro Casa de Paz), muchas de las familias recién llegadas carecen de necesidades básicas, como ropa de invierno o incluso un lugar adecuado para asearse.
«Se necesita capacidad adicional para garantizar que se satisfagan las necesidades básicas y garantizar que la ciudad no experimente una crisis humanitaria por mantener a cientos de migrantes sin hogar desplazados en nuestra ciudad», enfatizó la alcaldía de Denver.
Muchos de ellos son venezolanos y llegaron a la ciudad por cuenta propia o ayudados por organizaciones y desconocen qué van a hacer o a dónde ir.
Además hacen parte de la migración en masa que está aquejando por ahora a El Paso (Texas), a donde llegaron en una sola noche, el domingo pasado, unos 1.500 migrantes de una caravana.
EFE