BANGKOK.- El sultán de Johor, Ibrahim Iskandar, fue investido este sábado como el decimoséptimo rey de Malasia, posición rotatoria que ostentará durante los próximos cinco años, en una ceremonia opulenta en el Palacio Nacional de Kuala Lumpur.
Iskandar, de 65 años, subió al trono en un acto ante el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, y 700 invitados, incluidos los otros sultanes del país, los cuatro gobernadores de los estados malasios sin familia real y representantes de naciones extranjeras.
El monarca, acompañado de la reina consorte, Raja Zarith Sofiah, vestía el atuendo tradicional de la realeza de su sultanato, que se compone de pantalón y chaqueta negra y decoración dorada.
La tradición en Malasia es ‘investir’ al monarca y no ‘coronar’ como se dicen en las monarquías europeas.
«¡Larga vida al rey!» escribió Anwar en X en un mensaje para felicitar al nuevo monarca, que reina desde su proclamación el pasado 31 de enero.
En octubre del año pasado, los nueve sultanes del país decidieron durante un cónclave del Consejo de Gobernantes que el soberano de Johor fuera el siguiente en subir al trono, convirtiéndose en el segundo gobernante del estado sureño, cuatro décadas después de que su difunto padre, el sultán Mahmud Iskandar, se convirtiera en rey entre 1984 a 1989.
Afamado por su gran colección de vehículos, el sultán Ibrahim, que se deja ver en las redes sociales con deportivos Ferrari y conduce motocicletas de alta gama, es conocido por su franqueza y su personalidad a la hora de tratar de influir en asuntos políticos.
Es uno de los sultanes más ricos de Malasia; sus inversiones privadas van desde explotaciones mineras, equipos de fútbol y grandes proyectos de viviendas.
El rey de Malasia tiene el poder discrecional de nombrar a un primer ministro que considere que tiene el apoyo de la mayoría de los diputados.
EFE