Roma.- Tanto Real Sociedad como Inter ya tenían asegurado su boleto a los 8vos de final de la Champions, pero el empate 0-0 de este martes le entregó el primer lugar del grupo al elenco español.
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— Real Sociedad Fútbol (@RealSociedad) December 12, 2023
Un empate sin goles en San Siro fue el regreso soñado de un equipo que ha sorprendido en Europa y que mereció finalizar en la cabeza del grupo.
No pareció que fuera el Inter el equipo obligado a ganar viendo el inicio de la Real, que no se amedrentó lo más mínimo de jugar en un escenario histórico como San Siro y ante un Inter que venía en racha.
Fueron mucho mejores los de Alguacil en los primeros compases, anularon con una presión perfecta la salida de balón ‘nerazzurri’ y dominaron con posesión y personalidad.
Un inicio alentador que poco a poco fue menguando por un simple motivo: Marcus Thuram. El delantero galo, hijo del mítico Lilian Thuram, está siendo una de las sensaciones y revelaciones en Italia.
Sin Lautaro a su lado, encaró el reto de ser el líder de la ofensiva y se echó el equipo a la espalda. De dos acciones aisladas fabricó las dos ocasiones más claras del duelo en el primer acto.
Porque la Real dominó, pero el Inter perdonó en los primeros 45 minutos. Primero con una jugada fundada en los pies de Thuram y mal gestionada por Alexis; y poco después con otra creación del ariete francés y una mala decisión en la frontal de Mhkytarian, que no vio cómo el pase iba para Dimarco, solo para encarar a Remiro bajo palos.
Empezó mejor la Real, se hizo grande, pero fue el Inter el que se fue con la sensación de haber merecido el gol por culpa de Marcus Thuram. Eso sí, el tiempo favorecía a los visitantes.
Salió fuerte el Inter tras el descanso, decidido a ser primero de grupo. Thuram volvió a rondar el gol, pero no acertó a definir con una acrobacia complicada.
Inzaghi movió el banquillo pronto y dio entrada a dos titulares que este martes rotaron. Barella y Lautaro comparecieron en San Siro, el Inter fue más Inter, aunque sin la amenaza constante que fue Thuram.
La Real seguía jugando con el tiempo a favor y a los italianos cada vez les apretaba más la soga. En esas, Kubo estuvo a punto de cambiar el partido.
Su electricidad fue lo único que acercó a la Real a la puerta de Sommer en la primera mitad; y en la segunda, una internada peligrosa con su gran manejo de balón, una caricia tras otra, acabó con el colegiado señalando penalti.
Pero en la era del VAR es complicado que estas artimañas tengan éxito. Las imágenes en el monitor mostraron que el japonés fue al suelo sin ser tocado, por lo que el castigo quedó anulado y Kubo se llevó una amarilla.
No cejó en su empeño el Inter. Centros laterales de Cuadrado en busca de Lautaro o llegadas en segunda línea. Nada bastó para derribar a la Real, que con otra exhibición de interpretación del juego fue llevándose el partido a su terreno.
Y de ahí no pudo escapar el Inter. Solo una postrera jugada de Lautaro amenazó realmente con amargar al equipo vasco una fase de grupos perfecta, sin derrotas. La Real volvió a octavos hace unos días, pero este martes certificó que lo hizo a lo grande, como una gran amenaza para el resto.
EFE