CARACAS.- París Saint-Germain se aferró a la Liga de Campeones, una competición que le mostró el precipicio de la eliminación en las primeras de cambio, un cataclismo que rehuyó, por ahora, con una goleada por 0-3 ante un débil Salzburgo que se hunde en Europa.
Muy superior en todas las facetas del juego, los franceses marcaron tanto como en las cinco jornadas anteriores y, al fin, vieron a uno de sus delanteros, el portugués Gonçalo Ramos, perforar la meta rival, el primero que lo hace en Europa desde Kylian Mbappé en abril pasado.
Fue el antídoto que necesitaba un conjunto acomplejado con el gol, que despertó fuera de los puestos clasificatorios, pero se acuesta en 24, el último que da acceso a la repesca de febrero.
El trabajo está todavía por hacer para los de Luis Enrique, que tienen ante sí dos duelos de mayor envergadura que el Salzburgo: el Manchester City en el Parque de los Príncipes y el cierre en Stuttgart.
Pero sale del envite de Salzburgo con oxígeno y la moral recuperada tras dos derrotas consecutivas en Europa y habiéndose reencontrado con el gol, aunque sin exceso de optimismo, porque en el primer tiempo desperdiciaron muchas ocasiones y en el segundo crearon pocas.
Dos caras que definen bien su recorrido europeo, todavía en cuidados intensivos, favorecido por la debilidad de un rival que encadena siete derrotas en su estadio en Europa, con 16 goles concedidos por solo cuatro anotados.
El subcampeón de Austria no encuentra su camino, una victoria en los últimos siete partidos que ponen en el disparadero a su técnico, Pepijn Lijnders, el adjunto de Jürgen Kloop, reclutado para relanzar un proyecto que el año pasado cedió la liga doméstica al Strum Graz tras una serie de diez campeonatos conquistados.
Un rival en plena esquizofrenia que se convirtió en el mejor remedio para los males parisienses, que llegaban en un momento delicado, con dos derrotas en Europa, dos empates en su liga y una montaña de dudas.
Los parisienses saltaron como bestias desatadas, impregnados de la volcánica personalidad de su técnico, en busca de asfixiar al rival con un ritmo infernal, la mejor forma de combatir el frío que se abatía sobre la localidad alpina.
Con dos laterales instalados en el ataque, sobre todo Hakimi, imperial durante los 90 minutos, que encontró una buena conexión con Ramos en el primer tiempo, acularon a los austriacos a su área.
Asolado, el Salzburgo apenas veía el balón, corría desesperado para tapar las grietas en su zaga y sobrevivía con las paradas del meta Alexander Schlager, cuya buena actuación comenzó a levantar interrogantes en la delantera parisiense.
¿Otra vez verían sin recompensa su esfuerzo ofensivo? Empezaba a cundir la duda en el bando francés cuando vieron como el meta austriaco rechazaba los disparos de Hakimi y Ramos en el 10, el de Vitinha en el 12, el de Fabián en el 15.
Y, sobre todo, cuando Ramos falló lo que parecía imposible en el 24, un regalo de Hakimi que el luso desperdició solo ante el cuadro rival, despertando todos los fantasmas que la escuadra de Luis Enrique viene alimentando con su ineficacia de cara al gol.
Por si fuera poco, los austriacos se sacudieron un poco el acoso parisiense y asomaron en el área de Donnarumma, que asistió a un mano a mano con el maliense Nene Dorgeles en el 23 mal negociado por el africano.
Cuando el vértigo comenzaba a rondar en los franceses, el ex jugador del Benfica se redimió a la media hora de juego, de nuevo a pase de Hakimi, con un gesto final de cazador en el área que al fin liberó el esfuerzo parisiense.
La tensión calló en picado y el partido entró en una fase más serena, sin que los de Pepijn Lijnders consiguieran inquietar la defensa del PSG, que con más calma construyó un juego más vistoso.
Aunque con menos llegadas al área, si se exceptúa el buen servicio de Fabian a Barcola que el joven atacante envió desviado al tratar de superar a Schlager.
Le bastó una más en la segunda mitad, una llegada oportunista de Nuno Mendes en el 72, para poner a salvo el resultado.
Y con un impotente Salzburgo lanzado al ataque, con espacios en la defensa, una buena contra de Hakimi permitió a Desiré Doué marcar a los 19 años su primer gol con el PSG.
EFE