PSG recuperó el rumbo en la Ligue 1

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CARACAS.- París Saint-Germain dejó atrás sus dos últimos pinchazos consecutivos en la Ligue 1 y firmó una victoria balsámica por 3-1 ante Lyon con los goles de Ousmané Dembélé, Vitinha y Gonçalo Ramos que incrementaron a siete puntos su diferencia con Marsella.

La nueva prueba de fuego para Luis Enrique, la enésima esta temporada, nada plácida para el técnico español, salió bien. En esta ocasión, el centro de atención en la víspera del duelo se lo llevó Dembélé y su relación con ‘Lucho’.

Luis Enrique soltó una de sus frases para la posteridad («tengo la misma relación con mis jugadores. Soy un entrenador, no soy su padre, hermano o ‘bro'») para después darle una oportunidad en el once inicial.

A Luis Enrique parece que le gusta tomar decisiones en base al futuro buen desempeño de su equipo. Si la relación con Dembélé es buena o es mala, da igual. Decidió que por el bien del París Saint-Germain tenía que jugar, y jugó.

Y, además, sentó en el banquillo a otros nombres importantes como Fabián Ruiz, Marco Asensio, Lucas Hernández, Bradley Barcola o Marquinhos.

El caso es que, de inicio, no le salió nada mal la jugada, porque el conjunto parisino firmó una primera media hora espectacular en la que anuló por completó al Lyon.

Sobre todo, en ese tiempo, desapareció por completo su estrella, Rayan Cherki, que no pudo hacer nada para frenar el vendaval del equipo de Luis Enrique.

Lo dirigió Désiré Doué, incisivo, eléctrico y decisivo por el costado izquierdo. Desde el principio intentó por todos los medios romper la muralla del Lyon, atrincherado en su parcela del terreno de juego.

Y muy pronto, a los ocho minutos, lo consiguió. Se marchó de todo aquel que salió a su paso, llegó hasta la línea de fondo y Dembélé, a placer, abrió el marcador.

No tardó mucho más el PSG en alargar su fiesta de la primera media hora, porque otra vez Doué agitó el choque tras caer derribado dentro del área para provocar un penalti que no desaprovechó Vitinha para hacer el 2-0 en tan solo quince minutos de dominio aplastante.

Y pudieron ser más, pero Kang-In Lee falló lo infallable, solo delante de la portería para dejar a su equipo sin la sentencia.

Entonces, como le ha ocurrido en muchas ocasiones al PSG esta temporada, de repente se vino abajo. Cedió terreno inexplicablemente al Lyon y en el último tramo de la primera parte decayó mentalmente hasta sufrir la calidad de Georges Mikautadze, que aprovechó el leve despertar de Cherki.

La figura del Lyon filtró un pase maravilloso a su compañero, que culminó la jugada elevando la pelota por encima de Gianluigi Donnarumma.

Tras la reanudación, el Lyon cambió su actitud respecto a su desastrosa propuesta al inicio del choque. Ya era otro equipo, alejado de su penosa media hora inicial.

Comenzó a ocupar espacios, casi siempre en el terreno de juego del PSG, que sólo vivió cierto alivió con Doué, que a sus 19 años mantuvo intacto su descaro del acto inicial e incluso firmó un golazo que fue anulado por fuera de juego.

Y entre medias, los ultras del PSG decidieron estropear el choque con unos cánticos homofóbos lamentables que obligaron al árbitro a detener el partido.

Hasta Achraf Hakimi y Vitinha acudieron a la grada para negociar con los radicales de su club y, tras cinco minutos de parón, volvió a rodar el balón.

En el último tramo, el PSG recuperó la iniciativa. Kang-In Lee volvió a perdonar otra ocasión clara, Donnarumma actuó al final ante un intento de Fofana y Gonçalo Ramos, en el último suspiro, firmó el definitivo 3-1 con el que el equipo de Luis Enrique sumó tres puntos para mantenerse fuerte en el liderato de la Ligue 1.

EFE