BRASIL.- La centenaria Procesión de las Almas, la peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Aparecida y la devoción católica en varias ciudades del país marcaron el inicio del Viernes Santo en Brasil, el país con más católicos en el mundo.
En Goiás, ciudad del estado homónimo y a 270 kilómetros de Goiania, la capital regional, los primeros minutos del Viernes Santo dieron secuencia al segundo día de la procesión del Fogaréu, traída por el sacerdote español José Perestrelo de Vasconcelos Spíndiola en 1745.
La segunda procesión contó con menos público que la primera, en la madrugada del Jueves Santo, pero a pesar de un número menor de fieles y sin los «farricocos», como se conocen a los encapuchados descalzos del primer día, la celebración despertó devoción y religiosidad.
«Fue una experiencia emocionante. Como católica es increíble poder acompañar la procesión, que además de la belleza de las ropas y las antorchas, tiene bastante simbolismo y tradición», dijo a EFE la turista Laís de Souza, profesora de 38 años.
El segundo día del Fogaréu es conocido como «Procesión de las Almas», en un ritual en homenaje a las personas fallecidas «que es muy lindo y lo hace emocionar mucho a uno», relató De Souza.
Las primeras horas del Viernes Santo fueron marcadas también por las peregrinaciones hasta los santuarios localizados por todo el país, como el de Nuestra Señora de Aparecida, en Aparecida do Norte, a 181 kilómetros de Sao Paulo, capital del estado homónimo.
EFE