QUITO.- El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, designó este martes al empresario Pablo Arosemena como su nuevo ministro de Economía y Finanzas, tras aceptar la dimisión de Simón Cueva, quien renunció tras las protestas sociales que afectaron al país en las tres semanas anteriores.
Lasso, en una ceremonia efectuada en el Palacio Presidencial de Quito, tomó juramento a Arosemena -quien se desempeñaba como gobernador de la provincia de Guayas- y a otros dos nuevos ministros y dos secretarios de Estado, en el marco de una serie de cambios en su gabinete de colaboradores.
El mandatario también designó a María Aguilera como nueva ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, en reemplazo de Darío Herrera que pasó como titular de la cartera de Transporte y Obras Públicas, en lugar de Marcelo Cabrera, quien dimitió por razones personales.
El presidente Lasso también designó a Andrea Montalvo como la nueva titular de la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología (Senacyt) y a Alfredo Ortega en el Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Durante la ceremonia no se mencionó sobre la persona que reemplazará a la ministra de Salud Pública, Ximena Garzón, quien presentó anoche su carta de dimisión, la misma que ha sido aceptada por Lasso.
El mandatario sí agradeció a Garzón por su trabajo al frente del plan de vacunación contra la covid-19, cuyo aplicación ha sido elogiada por la Organización Panamericana de la Salud y que ha permitido que 8 de cada 10 ecuatorianos hayan recibido 2, 3 y hasta 4 dosis, según dijo.
Lasso aprovechó la ocasión para atribuirle a la «movilización social indefinida» que protagonizó el movimiento indígena entre el 13 y 30 de junio pasado contra la gestión económica del Gobierno, las pérdidas en la producción generadas con el cierre de vías.
Según el gobernante, las protestas causaron pérdidas por 1.000 millones de dólares, de los cuales 260 millones en el área petrolera, una cifra que difiere con los más de 500 millones estimados por la estatal Petroecuador.
Lasso incluso hizo un llamado al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para que averigüe la aparente vulneración de derechos al permitirse que niños y mujeres del campo fueran supuestamente usados como «carne de cañón» en acciones violentas ejecutadas por infiltrados en las movilizaciones.
No obstante, aceptó que la protesta dejó en claro que el Estado debe atender al campo y cambiar la realidad de exclusión de los sectores campesinos.
Lasso también envió un mensaje de unidad y dijo que esta es «la hora de curar heridas, superar divisiones y unirnos a un solo objetivo: reconstruir y hacer crecer al país».
«Se vienen desafíos de otro tipo» dijo el mandatario que pidió a sus ministros y colaboradores poner «manos a la obra». EFE
