CARTAGENA.- Cinco días después del asesinato del fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci en una playa de la isla colombiana de Barú, cercana a Cartagena de Indias, la Policía, apoyada por organismos de inteligencia de Estados Unidos, mantiene una intensa operación para tratar de identificar y capturar a los asesinos.
La Policía enfatizó en la importancia que tienen «las primeras» horas luego de cometido el crimen y por eso dispuso veinte puestos de control por toda Cartagena, el principal destino turístico de Colombia, que se vio sacudido por el crimen de Pecci, quien disfrutaba en Barú de su luna de miel con su esposa, la periodista Claudia Aguilera.
Policías uniformados y otros encubiertos realizan día y noche pesquisas entre los transeúntes, en los autobuses del servicio público, en los vehículos particulares y en las motocicletas que circulan por la ciudad y otras poblaciones vecinas en donde no se descarta que se hayan escondido los criminales.
También son objeto de las operaciones las terminales de transporte y el aeropuerto internacional Rafael Núñez. Nada escapa a las redadas.
Al frente de la operación está el director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, quien recalca que el fin último es dar con los autores materiales e intelectuales de este crimen que enluta a Paraguay y Colombia.
EFE