París Saint-Germain no logra salir de su crisis de resultados

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CARACAS.- En una situación límite en la Champions, ni siquiera la Ligue 1 es un consuelo para París Saint-Germain, quien empató 1-1 en el Parque de los Príncipes con el antepenúltimo de la clasificación, Nantes, para disparar las dudas sobre el equipo dirigido por Luis Enrique, aunque sea más que líder sólido.

El PSG tiene un problema capital en su presente. No domina las áreas. Ni la suya ni la contraria. En su ataque, en sus rápidas transiciones, con futbolistas como Bradley Barcola (Dembélé fue suplente tras su expulsión en Múnich en la Liga de Campeones), surge convincente en torno a la portería contraria, pero sin el tino de su clase de futbolistas.

Ni siquiera un gol a toda velocidad, en un minuto y 49 segundos, mejoró sus estadísticas en ese sentido a lo largo del primer tiempo. El 1-0 procedente de la irrupción potente por la banda izquierda de Nuno Mendes la tocó Gonçalo Ramos (reapareció en el once titular tres meses y medio después de una lesión, tras jugar ya unos minutos el pasado martes en Múnich) y la culminó Achraf Hakimi dentro del área. Tan rápido y con tanta autoridad.

Después, dispuso de ocasiones suficientes para haber marcado más goles. Su déficit de efectividad de siempre. No las aprovechó, sobre todo porque enfrente se lució Carlgren, el portero del Nantes, ágil para frustra a Vitinha, después con una fenomenal mano izquierdo a Hakimi y más tarde a Nuno Mendes. También dio el PSG un poste. Igualmente, Vitinha mandó al limbo un tiro sencillo. Y Joao Neves remató fatal cuando se cantaba ya el gol.

Todo en el primer tiempo, interrumpido tanto caudal por el 1-1 de Nantes. La definición de Abline con la izquierda fue solvente frente a Donnarumma. Era el minuto 38. Un empate más que inquietante para el PSG.

Más aún tan negado ante el gol contrario. Y, peor todavía, por la sensación de vulnerabilidad que siente en su defensa, cuando superan su presión.

Porque no le llegan demasiado, pero, cuando lo hacen los rivales, le generan un peligro impropio de la diferencia de nivel que se presupone entre su equipo y el resto en la competición francesa, esté en su portería Safonov, como suele ser habitual últimamente, o Donnarumma, titular indudable en el pasado, por momentos ahora y de inicio este sábado.

El 1-1 al descanso era un incordio para el PSG. Demasiado habitual en esta campaña, con victorias parciales tan exiguas que muchas veces juega al filo del empate.

Este sábado encajó el empate antes, cuando todavía le quedaba muchísimo tiempo para responder con todos los recursos y cualidades que posee, contra un Nantes que lo aguardó, se defendió y resistió, incluso con posesiones del conjunto parisino por encima del 80%. No es suficiente.

EFE