Un régimen de racionamiento de gas impuesto por el gobierno de Pakistán en el país, con varios cortes a lo largo del día, empeora la complicada situación de la nación asiática entrampada en una grave crisis económica que ve día a día el agotamiento de sus limitadas reservas.
El racionamiento, que afecta a varias zonas del país, supone un empeoramiento de la calidad de vida de más de 230 millones de habitantes, especialmente durante el Ramadán, el mes sagrado musulmán, cuando aumenta el consumo energético.
A pesar de que el Gobierno ha prometido que estos cortes no afectarán a los dos picos de alta demanda de este mes sagrado, como son el iftar (ruptura del ayuno) y el sehri (almuerzo previo al ayuno), la mayoría de la población no dispone de gas para cocinar cuando termina o comienza su periodo de ayuno.
El gas «no llega a la hora del iftar, así que estamos usando bombonas de GLP (gas licuado de petróleo) para cocinar», dijo a EFE Amna Bibi, una mujer que reside en la ciudad sureña de Karachi, donde la crisis de gas se ha agudizado en los últimos días.
Bibi aseguró que para cocinar durante el sehri tiene que levantarse a las tres de la mañana para asegurar que su familia pueda comer antes del amanecer.
En otras ciudades, como la oriental de Lahore, el gas está disponible en las horas punta, pero no durante el resto del día.
«No es que lo necesitemos solo durante iftar y sehri, sino que lo necesitamos en nuestra cocina todo el tiempo para cocinar para nuestros hijos que no están ayunando», indicó a EFE Farida Khanum, una residente de Lahore.
EFE