CIUDAD JUÁREZ.- La frontera de México con Estados Unidos vive una nueva oleada migratoria con más de 1.000 migrantes en Ciudad Juárez que viven en la calle, lo que los hace vulnerables al secuestro y otros delitos del crimen organizado, según alertan autoridades y activistas.
Francisco Bueno, director de la Casa del Migrante, afirmó a los medios que estiman entre 1.000 y 1.100 migrantes que ahora viven en espacios públicos y en construcciones abandonadas o en ruinas.
Santiago González Reyes, director de Derechos Humanos del Municipio de Juárez, indicó que muchas de estas personas saturan parques, ruinas y tapias, donde sobreviven sin ningún servicio porque no quieren quedarse en albergues y tampoco tienen para alquilar una vivienda.
El Gobierno municipal inició operativos el fin de semana para sacarlos de las construcciones riesgosas y los parques, y a cambio les ofrece que se refugien en los albergues oficiales.
“Las personas en movilidad son personas en condición de vulnerabilidad, eso las expone al crimen organizado, por eso vamos a invitarlos a lugares seguros como son el albergue municipal”, dijo el funcionario público a EFE.
ENTRE ALERTAS POR EL CRIMEN Y MIGRACIÓN
El alcalde de la ciudad, Cruz Pérez Cuéllar, hizo esta semana una petición urgente de ayuda al Gobierno federal y al del estado de Chihuahua para que ayuden a gestionar la llegada de migrantes a la urbe, fronteriza con El Paso, Texas.
Además, el presidente municipal advirtió la semana pasada que una racha de asesinatos, con 24 homicidios en 48 horas, ocurrió porque el crimen organizado está luchando por el control del tráfico de personas.
En este contexto, llegaron a Ciudad Juárez más de 400 militares de un grupo élite para combatir la violencia.
Reyes González expuso que en los últimos días hubo una llegada masiva de migrantes por tren, principalmente hombres solos, lo que convierte de nuevo a Juárez en epicentro de la migración entre México y Estados Unidos.
“Estamos recorriendo los espacios que están habitando (los migrantes) para que no enfrenten riesgos en tapias y espacios públicos que no tienen las condiciones necesarias para garantizar la seguridad, tanto sanitaria como física de las personas”, dijo el funcionario.
Agregó que, si los lugares no son habitables, los funcionarios piden a los migrantes que vayan al albergue municipal Kiki Romero, a 10 kilómetros del puente internacional más cercano.
“Lo que vimos es que no hay infraestructura sanitaria, las personas están realizando sus necesidades ahí donde habitan, van acumulando basura, en algunos hay niños, hacen paredes con cobijas lo que puede generar un incendio, y el riesgo es que pierdan la vida”, añadió.