Seúl.- Con comodidad, sin forzar en exceso a sus finalistas de Champions y con un Neymar que finalmente jugó, fue el corazón del ataque y anotó un doblete, Brasil se impuso hoy con comodidad por 1-5 a una Corea del Sur que pareció acusar los dos años que ha estado sin enfrentarse a rivales de peso por culpa de la pandemia.
El partido arrancó con el guion que se le suponía de inicio, con una Brasil que salió a divertirse a partir del dominio el cuero y los surcoreanos agazapados a la espera de poder lanzar a sus extremos en busca de los espacios a la espalda de la zaga latinoamericana.
Brasil se antojaba mucho más distendida y vivaz al mover la pelota en campo de los asiáticos, excesivamente agarrotados y tensos de salida.
Así llegó el primer gol, con los «Taeguk warriors» tan pendientes de las marcas al hombre sobre Neymar, Richarlison o Paquetá que le dejaron a Alex Sandro una autopista para entrar por el costado izquierdo del área.
Su pase cruzado lo remató cómodamente Fred y el balón entró tras una carambola en la que intervinieron Richarlison, que se apuntó el tanto, y el meta Kim Seung-gyu, que apenas pudo desviar a la red.
Todo fue un calco tras la reanudación; Paquetá perdonó otra vez tras un exquisito pase de Neymar y en la siguiente jugada, de nuevo con el del PSG como director de orquesta, el VAR detectó otro penalti de Kim Young-gwon sobre Alex Sandro.
Tras realizar el mismo amagó desde los once metros, Neymar batió otra vez a Kim por el flanco derecho con toda la calma del mundo.
La dinámica del resto de la segunda parte no deparó sorpresas: Brasil punzante e imaginativa, especialmente por los costados, y los surcoreanos buscando con balones largos las carreras de Son y Hwang Hee-chan.
El Estadio Mundialista de Seúl, eso sí, pudo ver entrar en acción a falta de 20 minutos a otros dos finalistas de la Champions de este año, Fabinho y Vinicius, aplaudido especialmente este último al saltar al césped.
El madridista tuvo tiempo de hecho para hacer diabluras por su costado y a punto estuvo de marcar, al igual que Raphinha, que estrelló en el poste una rosca con la zurda desde fuera del área.
Con Tité usando todo el fondo de armario posible para dar descanso a sus titulares, Phillipe Coutinho se encontró un pésimo rechace surcoreano en boca de gol y no perdonó el cuarto.
Hubo tiempo al menos para que Son, flamante bota de oro de la Premier, forzara una estirada de Weverton con un latigazo desde lejos que deparó los aplausos de una grada volcada con su ídolo, y de que Gabriel Jesus hiciera el quinto con pasmosa facilidad ante una defensa surcoreana que claramente parece falta de ritmo competitivo.
EFE/Unión Radio