CARACAS.- Tras la derrota ante el Inter, la primera de la temporada en la Serie A, en la pasada jornada, el Nápoli recondujo su camino hacia el título de la competición con una victoria solvente y sin discusión 2-0 ante la Sampdoria del venezolano Tomás Rincón que vio la tarjeta roja durante el juego y vio cómo su equipo languidece en la clasificación permaneciendo anclado en los puestos de descenso.
Fue el día del homenaje y el recuerdo a Gianluca Vialli y a Sinisa Mihajlovic, dos legendarios futbolistas del club de Génova fallecidos días atrás. Ahora, el equipo que dirige Dejan Stankovic poco tiene que ver por el momento con el que ellos conocieron. Un club dominador en el fútbol italiano y habitual en los torneos europeos.
Ahora, la Sampdoria puja por no descender. Con doce derrotas en diecisiete partidos tiene mala pinta el futuro para el conjunto del «General» venezolano. Cualquier contratiempo deshace al conjunto de Stankovic. Y frente al Nápoli, favorito al título, sufrió unos cuantos.
Y eso que el líder pudo tomar ventaja a los seis minutos por una falta dentro del área de Rosario Abisso que supuso un penalti para los visitantes que Matteo Politano estrelló en el poste y diez más tarde fue Victor Osimhen el que pudo marcar aunque lo evitó el meta Emil Audero.
Pero tan abrumador era el dominio napolitano, deseoso de dejar atrás el contratiempo de la jornada pasada, que acertó en la siguiente ocasión, en el 19. En un centro al área de Mario Rui que Osimhen definió con la puntera.
La situación se complicó aún más al borde del descanso, cuando Tomás Rincón realizó una dura entrada, innecesaria, sobre Osimhen con la que vio la tarjeta roja y dejó a su equipo con diez.
Pudo ser mayor y más cómodo el nuevo triunfo del Nápoli que no cerró el encuentro hasta el tramo final, de penalti. Una mano dentro del área de Ronaldo Vieira propició el tiro desde los once metros que esta vez Elif Elmas no falló.
EFE