SAO PAULO.- El magnate Elonk Musk se reunió este viernes con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para analizar el «potencial económico» del país y anunció el lanzamiento de su sistema de satélites para «monitorizar» la Amazonía y ampliar la red de internet que llegará hasta los puntos más remotos de la región.
Musk, hombre más rico del mundo y fundador de Tesla, sorprendió hoy con su visita a Brasil, donde mantuvo un encuentro con el jefe de Estado en un hotel de lujo en Porto Feliz, en el interior del estado de Sao Paulo, cuando faltan cinco meses para las elecciones presidenciales.
Sobre la mesa, según Bolsonaro, estuvieron temas como el «potencial económico de Brasil», las inversiones, la innovación, la conectividad y el uso de la tecnología para «reforzar la protección» en la Amazonía.
En ese sentido, Musk anunció el lanzamiento de su sistema de satélites Starlink en 19.000 escuelas sin conexión en áreas rurales, una tecnología que, según dijo, permitirá también la «monitorización» ambiental de la Amazonía.
«Necesitamos esa conectividad» para proteger la Amazonía, resaltó Musk ante un selecto grupo de empresarios y estudiantes, sin la presencia de la prensa.
La Agencia Nacional de Telecomunicaciones de Brasil (Anatel) había autorizado a comienzos de este año la operación de Starlink, el cual permite acceder a la red mediante pequeñas antenas fáciles de instalar en cualquier lugar donde no llegan los proveedores regulares de internet.
Según el líder de la ultraderecha brasileña, la propuesta de Musk para conectar la Amazonía con internet vía satélite puede ayudar a mostrar la «realidad» sobre el mayor bosque tropical del planeta.
«Contamos con Musk para que la Amazonía sea conocida por todos en Brasil y el mundo, para mostrar la exuberancia de esa región, cómo es preservada y qué daño causa para nosotros aquellos que difunden mentiras sobre esa región», señaló Bolsonaro durante el pronunciamiento.
La deforestación en la Amazonía ha alcanzado niveles récord durante el Gobierno del líder de la ultraderecha y las organizaciones ecologistas atribuyen el aumento de la destrucción a la menor fiscalización debido a sucesivos recortes presupuestarios y al discurso antiambientalista del presidente.
Bolsonaro, además, es partidario de la explotación económica en la selva y defiende un proyecto de ley para legalizar la minería industrial en tierras indígenas.
EFE