Cracovia (Polonia).- Las autoridades regionales de la provincia polaca de Silesia prohibieron este lunes bañarse en el lago y el tramo del canal del río Óder donde se hallaron más de 110 toneladas de peces muertos desde principios de mes.
En declaraciones a la prensa polaca, el voivoda de Silesia, Marek Wójcik, anunció hoy que se prohíbe cualquier uso humano de las aguas del lago Dzierżno Duże y del cuarto tramo del canal de Gliwice, por donde fluye el río Óder y donde se produjo una catástrofe ecológica en 2022.
Según el Gobierno regional de Silesia, le solicitaron al Instituto de Protección Ambiental permiso para extender la prohibición a un tramo más amplio.
La ministra polaca de Clima y Medio Ambiente, Paulina Hennig-Kloska, visitó ayer uno de los puntos del Óder donde se encontraron peces muertos y aseguró que la situación es «difícil, pero está bajo control», y admitió que se detectó una proliferación de las llamadas algas doradas y un aumento en la salinidad del caudal del río.
En 2022 se recogieron más de 200 toneladas de peces muertos en varios tramos del cauce polaco del Óder, un desastre cuyas causas trataron de esclarecer varios informes que apuntaron como causa más probable una plaga de algas doradas que provocaron la hiperoxigenación del agua.
Al mismo tiempo, se comprobó que los vertidos industriales que «desde hace decenas de años» tienen lugar en múltiples puntos del río, unidos a las olas de calor, como la que acaba de atravesar el sur de Polonia, crean unas condiciones en que la proliferación de esas algas se acelera.
Actualmente se está llevando a cabo un experimento para combatir este problema en el Óder por parte del Instituto de Medio Ambiente polaco, con el uso de un preparado a base de silicio que podría ser efectivo para acabar con las algas doradas en embalses y lagos, aunque no en la corriente del río.
En 2022, Alemania y Polonia se acusaron mutuamente de no adoptar las medidas suficientes y de no actuar con la celeridad necesaria para evitar un desastre ecológico que deterioró gravemente el entorno natural de una amplia zona y del que aún es posible ver las consecuencias.
EFE