ROMA.- Scott McTominay, una de las grandes revelaciones en la Serie A, cimentó este domingo el liderato del Nápoli con un gol que le sirvió a su equipo para derribar el muro del Torino por 0-1, sostenido por las infinitas paradas de Vanja Milinkovic-Savic.
Nápoli dormirá una jornada más en lo más alto de la tabla. Sigue siendo el equipo más efectivo de Italia. Quizá no tan brillante como Inter o Atalanta, pero sí el que más gana.
Sabe sufrir y sabe hacer daño cuando puede. Y con McTominay desatado, con tres goles y una asistencia, libre para pisar el área, es un equipo más peligroso.
El escocés es uno de los favoritos de Antonio Conte porque aporta piernas en el centro del campo. Tiene calidad y, sobre todo, ida y vuelta. Es lo que se conocía como un ‘box to box’ (de área a área) en Inglaterra. Lo juega prácticamente todo desde su llegada. Indiscutible en el centro del campo el ex del Manchester United.
Fue un buen partido del líder, pero lo tuvo muy complicado Nápoli para salir de Turín con los tres puntos. Ya no solo porque Torino es un equipo que hace las cosas muy bien, sino porque topó con el muro que levantó Milinkovic-Savic bajo palos.
El meta serbio, de 2.02 metros de altura, fue un felino en la línea, espantando ocasión tras ocasión los intentos de los partenopeos.
Una exhibición la del mayor de los Milinkovic-Savic -el pequeño es Sergej, ahora jugador del Al Hilal. Frustró a Kvaratskehlia, a Lukaku y a Politano. Pero no pudo con McTominay.
Después de sacar una mano milagrosa a un tacón precioso del delantero belga y otra a un cabezazo del extremo georgiano, sucumbió ante el fusil del escocés.
Todo en una jugada en la que ‘Kvara’ brilló dentro del área. Una ‘croqueta’ en una baldosa le permitió hacerse hueco y, cuando todos pnsaron en su disparo, cedió atrás a McTominay, que arremetió con su zurda para desbloquear el duelo.
Mantuvo el control Nápoli, pero el Torino quiso el empate. Y lo rozó en un par de jugadas antes del descanso, en lo que fueron sus mejores minutos.
De hecho, hubo una ocasión especialmente clara para los turineses en botas de Saúl Coco, exjugador de Las Palmas. El ecuatoguineano, uno de los mejores de la temporada, se bloqueó justo cuando tenía el balón en sus pies y la portería vacía. Se tropezó y dejó el balón atrás en la ocasión más evidente del partido.
Superado ese tramo de descontrol, Nápoli recuperó el dominio hasta el final y no corrió ningún riesgo. Olivera pudo poner el segundo con un testarazo y Giovanni Simeone se quedó con la cara desencajada cuando Milinkovic-Savic le privó de un golazo con su enésima intervención salvadora.
Al final, McTominay bastó para decantar la balanza pese a los esfuerzos del meta serbio. Y Nápoli sigue siendo líder, otra jornada más cediendo la presión a sus múltiples contendientes.
EFE