KIEV.- Más de 10 mil residentes de la ciudad ucraniana de Mariúpol, que fue asediada por la tropas rusas desde el comienzo de la invasión, podrían morir de enfermedades contraídas por las condiciones trajo este bloqueo, aseguró su alcalde, Vadym Boichenko, en su cuenta de Telegram.
La ciudad costera, a orillas del Mar de Azov, está prácticamente controlada por las tropas rusas y el 80 por ciento de la urbe fue destruida por los bombardeos, mientras los rusos nombraron a sus propias autoridades.
Apenas resiste un grupo de militares, la mayoría vinculados al ultranacionalista regimiento ucraniano de Azov, resguardados de los bombardeos en las gigantescas instalaciones de la acería de Azovstal.
Según el máximo edil, para final de año, más de 10 mil de los habitantes que aún no huyen o mueren por los bombardeos, podrían fallecer por enfermedades y las extremas condiciones a que son sometidos.
La mayoría de la población actual es anciana y está enferma, subrayó. «Sin las condiciones adecuadas, la mortalidad entre los grupos vulnerables aumentará drásticamente».
También explicó que algunos residentes de Mariupol han regresado a la ciudad desde los pueblos cercanos porque no se les ha permitido entrar en al territorio de la «Ucrania libre» debido al estricto sistema de «filtración» que realiza «el ejército invasor».
EFE