BRUSELAS.- El 1 de agosto entra en vigor en la Unión Europea la Ley de Inteligencia Artificial (IA), la primera del mundo para regular unos sistemas que permiten actuar de manera más precisa y eficiente que los humanos en muchos ámbitos e impulsar la innovación, pero que a la vez plantean importantes riesgos que el nuevo marco común trata de evitar.
Estas son las cinco claves principales del Reglamento de Inteligencia Artificial:
OBJETIVOS
Establecer un marco jurídico armonizado en la Unión Europea para el desarrollo, la comercialización, la puesta en marcha y el uso de los sistemas de Inteligencia Artificial (IA), un área que puede generar muchos beneficios pero que conlleva riesgos.
A QUIÉN SE APLICA
Las normas se aplican a los proveedores de sistemas de IA que se pongan en servicio o comercialicen dentro de la UE o cuya salida se utilice en la UE, con independencia de su origen.
También a usuarios de los mismos, considerando usuarios a quienes explotan esos sistemas.
No se aplica a las autoridades públicas de terceros países ni a organizaciones internacionales cuando utilicen sistemas IA en el ámbito de la cooperación policial o judicial con la UE.
Tampoco a los sistemas de uso militar o utilizados en el contexto de la seguridad nacional, ni a los usados con el solo propósito de la investigación y el desarrollo científico.
TIPOS DE SISTEMAS DE IA
1. Prohibidos:
Algunos sistemas de IA o usos de la IA están prohibidos porque contradicen los valores de la UE, incluido el derecho a la no discriminación, la protección de datos y la privacidad.
Entre ellos se incluyen los que desplieguen técnicas subliminales para distorsionar el comportamiento de una persona de manera que pueda causarle daños físicos o psicológicos a él o a otros.
Las nuevas normas prohíben ciertas aplicaciones de inteligencia artificial que atentan contra los derechos de la ciudadanía, como los sistemas de categorización biométrica por creencias políticas, religiosas, filosóficas o por su raza y orientación sexual.
2. De alto riesgo:
Los sistemas de IA de alto riesgo pueden presentar un riesgo potencialmente alto para los derechos y libertades de las personas físicas y, por lo tanto, están sujetos a obligaciones estrictas.
3. Sistemas con requisitos de transparencia:
Sus responsables deben cumplir requisitos e informar para no engañar a los consumidores, haciéndoles creer que interactúan con personas reales o con contenidos creados por ellas, por ejemplo, los propietarios de chatbots o creadores de ‘deepfakes’.
4. – Sistemas IA de propósito general:
No tienen un propósito previsto inicial, pero pueden ser entrenados o modificados para cumplir un propósito que podría convertirlos en sistemas de alto riesgo.
MULTAS
Se modularán según las circunstancias y valorarán el tamaño del proveedor.
Para quienes incumplan la normativa se prevén multas con un rango que va desde los 35 millones de euros (37,6 millones de dólares) o el 7 % del volumen global de negocio de las empresas, hasta los 7,5 millones de euros (8 millones de dólares) o el 1,5 % del volumen global de negocio.
FASES EN LA APLICACIÓN DE LA LEY
Tras su entrada en vigor este 1 de agosto, será de plena aplicación veinticuatro meses después, con excepción de las prohibiciones de prácticas (se aplicarán seis meses después de la fecha de entrada en vigor, es decir, en febrero de 2025).
EFE