Roma.- Lautaro Martínez fue el protagonista del día para el Inter en su remontada 1-2 frente a la Fiorentina para ganar la Copa Italia.
A la espera del partido del año, la final de Champions contra el Manchester City, el Inter sumó un nuevo título copero y mantuvo su corona. Lo consiguió en el Olímpico de Roma, donde se batió el récord de asistencia en una final de Copa. Ya son dos finales ganadas en lo que va del año para los interistas, que también se impusieron en la Supercopa.
Esta vez, eso sí, no lo tuvieron tan fácil. Y es que la ‘Fiore’ de Vincenzo Italiano no es la misma que comenzó la temporada, aquella dubitativa y tímida escuadra italiana que sufrió para entrar en el ritmo de competición.
Ahora van a otro ritmo, se les nota en las piernas y en las ideas. Y por eso son finalistas de la Conference League. Dos finales en un intervalo de dos semanas. Esta, además, con dos alicientes: el de ser la primera final en 22 años; y el de que la victoria valía un billete directo a la próxima campaña de la Europa League.
Y en la línea de lo que estaba siendo el conjunto ‘viola’ en este tramo final de temporada se desarrollaron los primeros minutos del partido. Casi sin tiempo para tomar asiento, en el minuto cinco, el plan de Italiano surtió el efecto deseado. Presión alta, robo en campo propio y transición rápida. Ikoné centró raso desde la banda y Nico González remató el segundo palo a placer.
Uno más del argentino, imprescindible para el buen hacer de este equipo que sueña con otro título europeo en sus vitrinas.
Fueron veinte minutos de superioridad de la ‘Fiore’ en el Olímpico de Roma. Un equipo que le plantó cara a un finalista de la Champions como el Inter. Pero si en algo destaca este Inter es en su capacidad de no perder los nervios y de ceñirse al plan.
Poco a poco fue siendo ese bloque reconocible que llevó hasta la final de Europa. Y a partir de ahí, construyó el partido apoyándose en los Barella, Calhanoglu, Dzeko y, por su puesto, el mayor peligro del equipo de Inzaghi, Lautaro Martínez. «El Toro» estaba desatado y es el argumento más consistente para la final de Estambul.
Así lo volvió a demostrar el ariete que busca el doblete. Lo hizo mediante dos goles en ocho minutos que le dieron la vuelta al partido. El primero, tras una asistencia impecable de Brozovic, significó la centena de tantos como ‘nerazzurro’; el segundo, un centro de Barella que finalizó con una medio tijera. Él solo tumbó a la ‘Fiore’. Hizo fácil lo difícil antes del descanso.
El conjunto de Florencia saltó otra vez más enchufada en el inicio del segundo acto. Tuvo un par de acercamientos peligrosos con Cabral, Nico González e Ikone. Pero la sensación era, una vez más en lo que va de temporada en los partidos grandes, que el Inter era un muro infranqueable.
Todos los intentos de los ‘viola’ se fueron al limbo. Y tuvo varios claros para empatar. Pero bien Handanovic bajo palos o bien la línea Darmian-Acerbi-De Vrij en la segunda mitad se las apañaron para frustrar a la ‘Fiore’ en su vuelta a una final. Especialmente en uno en el que Darmian tuvo que salvar bajo palos lo que hubiera significado la prórroga.
La ‘Fiore’ hizo un gran partido, lo dio todo hasta el final, pero Lautaro Martínez le dio la novena Copa de su historia al Inter, mantuvo el trofeo conseguido la temporada pasada y le mandó un aviso al City, que tendrá que pararlo para conseguir su primera ‘orejona’.
Mientras, los de Florencia se agarran al sueño europeo, en su primera final en 33 años fuera de fronteras italianas, para volver a jugar en Europa.
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EFE