MADRID.- Antes de nacer, el tracto gastrointestinal de un bebé está estéril y durante el parto se produce la transmisión de microbiota materna, pero a lo largo del primer año de vida el padre contribuye tanto como ella a la formación de esa colonia de microorganismos intestinales.
Además, la transferencia de microbiota fecal (FMT) materna en bebés nacidos por cesárea puede ayudar a corregir las alteraciones de esta que suelen observarse en los que no nacen por vía vaginal.
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Esas son las conclusiones de un estudio encabezado por la Universidad de Trento (Italia) y con la colaboración, entre otras instituciones, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y que publica Celll Host & Microbe.
La contribución de la madre a la composición de la microbiota del bebé durante y poco después del nacimiento está bien documentada y se sabe que alrededor de la mitad de las cepas encontradas en el organismo de los lactantes proceden del intestino materno.
El equipo investigó el papel del padre en la formación de la microbiota y descubrieron que “constituye una fuente estable de cepas para el lactante independientemente del modo de parto, y que la contribución acumulada llega a ser comparable a la de la madre después de un año”, señala el estudio.
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EFE