JERUSALÉN.- El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró este domingo el estado de emergencia militar tras lanzar bombardeos en Líbano, para frustrar un inminente ataque a gran escala por parte del grupo chií Hizbulá.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa informó de que Gallant ha activado una «situación especial en el frente interior», añadiendo que «esta declaración del estado de emergencia permite al Ejército dar instrucciones a los ciudadanos de Israel, como limitar las reuniones y cerrar lugares cuando sea relevante».
El ministro mantuvo además una llamada con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, en la que Gallant le confirmó que Israel ha lanzado «ataques precisos» contra Líbano para frustrar una amenaza inminente contra Israel.
En la madrugada de este domingo, el Ejército de Israel identificó que Hizbulá se preparaba para disparar misiles y cohetes hacia territorio israelí, y en respuesta a estas amenazas, la fuerza Aérea lanzó bombardeos a «objetivos terroristas en el Líbano».
Poco después, las autoridades anunciaron restricciones en todo el territorio al norte de Tel Aviv, como limitar los grupos de gente a 30 personas en exteriores y 300 en interiores o prohibir el baño en las playas cercanas a la frontera.
Las oficinas y centros educativos pueden seguir operando siempre y cuando cuenten con un refugio antiaéreo cercano.
El Jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, dirige la ofensiva y las operaciones defensivas desde la base militar de Kirya, en Tel Aviv, junto a los máximos dirigentes de las fuerzas armadas.
Desde que surgió el anuncio, no han cesado de activarse las sirenas antiaéreas en el área israelí fronteriza con Líbano.
El servicio de emergencias israelí Magen David Adom elevó «su estado de alerta al nivel más alto en todo el país», aunque hasta el momento no ha recibido informes de víctimas.
Hizbulá se solidarizó con el grupo islamista Hamás en su guerra contra Israel en octubre pasado, y desde entonces, la violencia en la frontera entre Israel y Líbano ha ido ‘in crescendo’ hasta alcanzar la peor escalada bélica desde la guerra de 2006.
A esto se añade que Hizbulá -aliado de Irán- juró perpetrar un ataque a gran escala contra Israel en venganza por la muerte de su máximo comandante, Fuad Shukr, ocurrida en un bombardeo israelí a las afueras de Beirut el 30 de julio.
El intercambio de fuego en la divisoria se ha cobrado desde octubre la vida de al menos 636 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado 392 bajas.
En total, han fallecido en Líbano al menos 586 personas, entre ellos más de 124 civiles, mientras que en Israel han muerto 49 personas en el norte del territorio: 23 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores en el ataque en la ciudad drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados.
EFE