DENVER.- Grupos civiles en Colorado se preparan para enfrentar el nuevo Gobierno de Donald Trump y sus deportaciones masivas, que presumiblemente comenzarán el lunes en varias ciudades, entre ellas Denver.
Las organizaciones además rechazaron las palabras de esta semana del gobernador del estado, el demócrata Jares Polis, quien señaló que aceptará ayuda federal para «detener y deportar» a inmigrantes con antecedentes criminales.
«Esa declaración socava los valores de justicia y unidad en Colorado», dijo Katie Leonard.
La activista es la organizadora y portavoz de una nueva coalición (aún sin nombre) de unas 20 organizaciones de ayuda a inmigrantes creada esta semana, días antes del inicio del segundo mandato de Trump, el próximo lunes.
«Seamos claros: las deportaciones masivas no tienen que ver con la seguridad, sino con separar familias y crear miedo e inestabilidad en nuestras comunidades», expresó Leonard.
El apoyo a la mano dura de Trump
El gobernador Polis dijo esta semana durante la inauguración de la sesión 2025 de la legislatura estatal que espera que el presidente Trump y el Congreso «trabajen juntos rápidamente para asegurar la frontera, y detener la trata de personas y el flujo ilegal de armas y drogas».
«Apoyaremos a nuestros vecinos, amigos, compañeros de trabajo y miembros de la comunidad, sin importar de dónde sean. Todas las familias merecen vivir sin miedo a la separación forzada», enfatizó.
El demócrata agregó que «recibiremos con agrado más ayuda federal para detener y deportar a criminales peligrosos».
Este apoyo estatal se suma al de otras regiones.
Los comisionados del condado Douglas, al sur de Denver, aprobaron esta semana una resolución a favor de su propia colaboración con los agentes federales de inmigración.
La resolución solicita que las políticas de inmigración de Trump «se implementen en Colorado, incluido el condado de Douglas» y le pide al presidente electo «poner fin a las políticas y leyes de santuario estatales y locales en todo Estados Unidos, incluido Colorado».
Además, los comisionados se comprometieron a «oponerse activamente a leyes, funcionarios e instituciones que explotan aún más a los inmigrantes y victimizan a los ciudadanos estadounidenses».
Se anticipa que otros condados de Colorado férreamente conservadores, como El Paso, Teller y Weld, adoptarán resoluciones similares y se sumarán a medidas como las ya implementadas en Douglas de detener vehículos sospechosos de transportar a indocumentados, excepto en el caso de autobuses propiamente registrados y con paradas preestablecidas.
EFE
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