MADRID.- Restos de ejemplares de aves muertas infectados con el virus de la gripe aviar de alta patogenicidas han sido hallados en el área del norte de Mar de Wedell en la península Antártica.
Los científicos aseguran que «puede suponer una amenaza para la conservación de la fauna salvaje».
Un equipo científico internacional con investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas observó que las aves skúas son la especie más gravemente afectada.
Lea también: CoViNet: La red global de OMS para estudio del coronavirus
Asimismo, determinaron que los altos niveles de mortalidad detectados muestran que podría tener consecuencias a largo plazo para su conservación a nivel regional».
Esta enfermedad llegó a pingüinos en isla Heroína, donde se vió una «mortalidad masiva», pero hasta los momento no confirman el virus por PCR.
Los investigadores, liderados por el virólogo Antonio Alcamí, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, instalaron un laboratorio de diagnóstico molecular en la base antártica española Gabriel de Castilla.
Ingrese aquí: OPS
El virus gripe aviar evolucionó inicialmente en aves de corral, pero recientemente se ha adaptado para propagarse mejor entre la fauna salvaje. Desde 2020, ha causado mortalidades importantes de aves salvajes y mamíferos en casi todo el mundo.
Tras su llegada a Sudamérica a finales de 2022, su llegada a la Antártida estaba prevista para los siguientes años y finalmente se ha confirmado en febrero de 2024, indica el CSIC en un comunicado.
EFE