ROMA.- Las once víctimas del desprendimiento el pasado domingo de una parte del glaciar de la Marmolada, en los Dolomitas, (Alpes italianos) han sido identificadas y se cierra así el balance de la mayor tragedia en las montañas italanas que ha hecho reflexionar sobre los peligros derivados del cambio climático.
Tras una semana de difícil búsqueda con drones y helicópteros, ante la imposibilidad de hacerlo sobre el terreno por el riesgo de nuevos derrumbes, se recuperaron e identificaron restos que pertenecen a las 11 víctimas que fallecieron cuando toneladas de hielo y rocas les embistieron en el sendero de ascenso al glaciar de la llamada «reina de los Dolomitas».
Los cuerpos han quedado completamente destrozados, los socorristas hablaron de una «carniceria» por lo que han sido necesarios los exámenes del ADN realizados por los Carabineros que hoy comunicaron la identificación de las once víctimas.
Las seis víctimas identificadas en las primeras horas fueron los italianos Filippo Bari, Paolo Dani, Tommaso Carollo, Liliana Bertoldi y dos turistas de la República Checa, Pavel Dana y Martin Ouda y tras el hallazgo de otros resto se comunicó el fallecimiento de Davide Miotti, Erica Campagnaro, Manuela Piran, Gianmarco Gallina, y Nicolò Zavatta, de 22 años, el último en ser encontrado,
El presidente de la región de Véneto, Luca Zaia, aseguró que se ha tratado de una tragedia inevitable pues es «como si hubiera caído un rascacielos de 70 pisos» y afirmó que «pensar en un sistema de aviso cómo el de las avalanchas es difícil pues no existen las herramientas adecuadas e incluso los radares no pueden hacer milagros».
Pero la fiscalía de Trento continúa con su investigación contra desconocidos para esclarecer si hubo algún tipo de responsabilidad.
Por su parte, los investigadores del grupo de trabajo glaciológico-geofísico para la investigación de la Marmolada, que estudia el glaciar desde hace veinte años, destacaron que antes del derrumbe del domingo, en la montaña reina de los Dolomitas, no había signos evidentes de un colapso inminente.
Asimismo, algunos glaciólogos aseguran que prever este tipo de desplomes es casi imposible porque los glaciares están en continuo movimiento y los sensores no podrían advertir estos desprendimientos.
EFE
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