viernes, noviembre 22, 2024
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Helene se lleva por delante la ilusión del ‘refugio climático’ de Asheville

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ASHEVILLE.-Hasta hace una semana, muchos consideraban a Asheville (Carolina del Norte) como un ‘refugio climático’ en el sur de Estados Unidos por sus agradables temperaturas y su lejanía de la costa, propensa a inundaciones. Sin embargo, el huracán Helene, el más mortal desde el Katrina, arrasó con esa ilusión.

Así, como ‘refugio climático’ en los Montes Apalaches, agencias inmobiliarias promocionaban la zona, que desde hace algunos años había empezado a recibir los llamados ‘migrantes climáticos’ desde otras regiones de Estados Unidos más castigadas por el tiempo.

La población de Asheville, centro de una pintoresca región montañosa que se extiende por tres estados, creció en la década pasada más de un 13 %, según datos oficiales del censo, de unas 83.000 personas a 95.000, y su área de influencia pasó de 425.000 a 470.000 personas, más de un 10 %.

Helene fue un duro golpe de realidad. Un huracán que había tocado tierra en Florida, a más de 600 kilómetros de Asheville, trajo lluvias torrenciales que provocaron la violenta crecida de los ríos y anegaron por completo la región, arrasando comunidades como Swannanoa, Marshall o Hot Sprigs y destruyendo vías y puentes.

Al menos 95 personas perdieron la vida en esta zona, cerca de la mitad de las 190 provocadas por Helene en todo el país, una cifra que posiblemente suba cuando los equipos de rescate lleguen a zonas inaccesibles hasta ahora. Un huracán no provocaba tantos muertos en Estados Unidos desde el Katrina en 2005, con más de 1.800.

Barrio a barrio

El presidente estadounidense, Joe Biden, sobrevoló el miércoles la zona tras recibir un informe sobre la destrucción y del despliegue de las agencias federales de emergencias para buscar a sobrevivientes y ha ordenado el despliegue inmediato de 1.000 soldados en la zona.

A la espera de la siempre lenta ayuda gubernamental, un ejército de voluntarios han creado una red que se encarga de llevar comida, agua, medicinas y suministros barrio por barrio, pueblo por pueblo, para evitar el colapso de una comunidad que ha visto cómo su economía quedaba paralizada de la noche a la mañana.

Cinco días después del paso de Helene, la región sigue sin agua, la luz va por barrios y la cobertura telefónica es muy limitada, pese a que empieza a recuperarse.

En Biltmore Forest, al sur de Asheville, unos vecinos levantaban un punto de donación con suministros básicos al que ya estaba empezando a llegar gente.

«¿Necesitan comida? Mañana a las 10:30 les traemos 500 raciones, cuenten con ello», dijo Valdéz tras entregar varias de sus raciones y anotar en su teléfono las coordenadas de este punto para añadir a la planificación.

EFE

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