Grecia ha pedido ayuda a la Unión Europea y más solidaridad por parte de los Estados miembros del bloque para la gestión de la migración, mientras el país expande la valla en su frontera terrestre con Turquía.
El ministro de Protección Ciudadana, Takis Theodorikakos, mantuvo una reunión ayer, sábado, con los embajadores en Grecia de los demás 27 países miembros de la UE, al igual que con los embajadores de Suiza y Reino Unido, y señaló que las autoridades helenas evitaron en 2022 la entrada ilegal al país de unos 260.000 migrantes y detuvieron a unos 1.500 traficantes.
“La tarea (de vigilar la frontera) necesita el apoyo de la opinión pública europea, de la misma Unión Europea y de cada uno de los países miembros individualmente”, señaló Theodorikakos desde la región fronteriza de Evros, y recordó que la frontera griega con Turquía constituye además frontera exterior del bloque comunitario.
El ministro anunció que en una primera fase Grecia expandirá unos 35 kilómetros la valla de cinco metros de altura en la frontera con Turquía, obra cuyo presupuesto asciende a 100 millones de euros.
Durante la reunión también se anunció que durante el año en curso la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) enviará unos 400 agentes para apoyar a los guardias fronterizos griegos, 250 de los cuales empezarán su servicio en febrero.
Los Estados miembros que se encuentran en la primera línea de la migración “no pueden ser los únicos destinos europeos” y “debe haber solidaridad entre los países europeos y un reparto justo de responsabilidades”, señaló Theodorikakos.
EFE
