ROMA.- Los ministros de Exteriores del G7, las siete democracias más industrializadas del mundo, se reúnen desde mañana lunes en las localidades italianas de Fiuggi y Anagni (centro) para, entre otras cuestiones, abordar la orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Esta cumbre de Exteriores de dos días, la segunda organizada por la presidencia rotatoria italiana este año, tras la de Capri del pasado abril, comenzará el lunes a las 13:00 hora local (12:00 GMT) con el recibimiento de los asistentes y la foto de familia.
Encabezada por el jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani, contará con la presencia de los ministros del grupo de potencias, los de Alemania, Canadá, Francia, Japón, Reino Unido y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El objetivo de este nuevo encuentro, según la presidencia italiana de turno, es «reforzar el rol del G7 como principal foro de consulta de las grandes democracias liberales ante un escenario internacional complejo» y las «grandes crisis en curso a nivel global».
Por esa razón, se prestará una atención prioritaria a la guerra en Oriente Medio entre Israel y las milicias de Hamás, en Gaza, y Hizbulá en el Líbano, tras el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, y se analizará la «grave crisis humanitaria» en el enclave palestino.
Para ello, el primer día los miembros del G7 recibirán en Fiuggi a ministros invitados de algunos países de la región, los de Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Catar y al secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit.
Italia, por otro lado, aspira a que el Grupo analice la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) la semana pasada por la masacre en Gaza contra Netanyahu, su exministro de Defensa Yoav Gallant, y un alto cargo de Hamás considerado su jefe militar, Mohammed Deif, aunque Israel ya lo declaró muerto en un ataque en junio contra la Franja de Gaza, lo que no ha sido confirmado por el grupo.
La coalición de Gobierno italiano, liderada por la ultraderechista Giorgia Meloni, no ha garantizado que cumplirá con el fallo, al menos hasta leer sus motivaciones, y el vicepresidente, Matteo Salvini, ha llegado a decir que Netanyahu sería «bienvenido» en el país.
Por eso, el ministro Tajani, también vicepresidente, ha avanzado que llevará la cuestión al G7.
«Respetamos y apoyamos a la CPI, pero estamos convencidos de que debe tener un papel jurídico y no político (…) Examinaremos los documentos para entender qué motivos han llevado al Tribunal a tomar esta decisión”, dijo recientemente ante los medios.
La segunda jornada de la cumbre del G7, el martes, estará dedicada a la guerra en Ucrania, después de que Estados Unidos haya autorizado a Kiev a usar sus misiles de largo alcance contra objetivos en Rusia y entre las amenazas de Vladímir Putin.
En las sesiones, como en todas las anteriores este año en Italia, se espera la presencia del ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, que sustituye en este foro por primera vez a su antecesor, Dmitró Kuleba, reemplazado el pasado septiembre.
Italia quiere confirmar el pleno apoyo del G7 a la resistencia ucraniana desde el punto de vista «militar, político, económico y financiero» en busca de una paz «justa y duradera» y preparar la conferencia para la reconstrucción que organizará en julio de 2025.
Otros temas sobre la mesa, según la presidencia italiana, serán la estabilidad de la región de Asia y el Pacífico, con la creciente influencia de China, debido a su valor «prioritario» en el equilibrio político y comercial.
El encuentro terminará el martes con una rueda de prensa final del ministro anfitrión a las 16:45 hora local (15:45 GMT).
EFE