Rabat.- La Fiscalía marroquí imputa delitos de tráfico de seres humanos, de secuestro de un agente marroquí para usarlo como rehén, incendio, violencia e injurias contra la policía a 32 personas de origen subsahariano detenidas el pasado viernes durante el intento de acceso a la ciudad española de Melilla por parte de entre 1.500 y 2.000 emigrantes.
Según informaron a Efe fuentes jurídicas, se trata de 31 personas mayores de edad y un menor, que pasaron hoy a disposición del fiscal general del Tribunal de Apelación de Nador, localidad fronteriza con Melilla, que ahora tiene que decidir sobre su ingreso en prisión. También compareció hoy otro grupo de 33 detenidos ante la Fiscalía del tribunal de primera instancia de Nador, a los que se imputan delitos menores.
A los 32 detenidos con delitos más graves se les atribuye «organizar y facilitar la entrada y salida clandestina de personas hacia y desde Marruecos de forma habitual» -una habitualidad que eleva el delito a la categoría de tráfico de personas-, así como secuestro y retención de un agente de las fuerzas públicas para usarlo como rehén, provocar un incendio en el bosque donde vivían los emigrantes e injurias y violencia contra los agentes marroquíes.
En cuanto a los otros 33 arrestados, la Fiscalía les imputa también organizar la entrada y salida clandestina de personas, pero no de forma habitual con lo que el delito es menos grave, así como injurias y uso de violencia contra las fuerzas públicas, aglomeración armada y daños a bienes públicos, indicaron las fuentes.
Entre estas 33 personas, hay 29 de nacionalidad sudanesa y 3 del Chad. En el primer grupo de 32 detenidos hay personas varias nacionalidades, aunque las fuentes no precisaron cuáles.
Los 65 fueron detenidos el pasado viernes tras el episodio ocurrido en la valla fronteriza de Melilla, cuando cientos de personas subsaharianas se dirigieron en bloque hacia ella con palos y piedras para franquearla y entrar en territorio español. Un amplio dispositivo de fuerzas marroquíes intentaron detener a los migrantes con porras, gases y pelotas de goma.
EFE