MONTEVIDEO.- Especialistas de la OEA, la CIDH y la ONU pidieron ir hacia un enfoque «menos punitivo» y con perspectiva de derechos humanos en las políticas de drogas, destacando avances recientes en varios países latinoamericanos.
Así lo aseguraron este lunes en el marco de un diálogo organizado por la Junta Nacional de Drogas de Uruguay con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Durante la apertura del ‘Diálogo Hemisférico sobre Derechos Humanos y Políticas de Drogas’, el secretario ejecutivo de la Cicad, Adam Namm, subrayó que, en tanto «afectan la dignidad, la salud y la seguridad de las personas», los problemas en materia de drogas deben ser abordados con políticas «que integren los derechos humanos».
«(Deben ser políticas) que protejan y prevengan cualquier daño asociado a las drogas y garanticen la no repetición de violaciones», anotó Namm, quien añadió que se busca «trabajar directamente con las personas sin juzgarlas, coaccionarlas o discriminarlas».
En la misma línea se expresó a EFE -tras brindar la conferencia magistral del evento- el representante para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, quien señaló que a nivel global actualmente hay «una realidad contradictoria».
«Por un lado, los Estados están reconociendo cada vez más que la política de drogas tiene que caracterizarse por el respeto a los derechos humanos y se están introduciendo reformas de penas alternativas, descriminalización y acceso al tratamiento (…) y, por otro, en muchos países están aumentando las penas de forma desproporcional», explicó.
En tanto, coincidió con lo expresado en un videomensaje por el relator sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad de la CIDH, Edgardo Estuardo Ralón, en que ha habido un impacto «particularmente fuerte» en un mayor encarcelamiento de mujeres por microtráfico, a lo que Jarab dijo -además- que es difícil pensar en un abordaje unánime que atraviese fronteras.
«Tal vez no vamos a tener unanimidad, porque son grandes las diferencias entre los enfoques de los países, pero sí estamos convencidos de que se necesita desarrollar los menos punitivos. La justicia penal tiene su rol, pero no debería ser el dominante entre las políticas de drogas», lanzó.
Jarab, cuya conferencia precedió a dos paneles con referentes de políticas de droga de Colombia, Argentina, Brasil, México y Uruguay, insistió en contrarrestar un punitivismo que afecta más a las personas pobres y afrodescendientes.
Por otro lado, resaltó el liderazgo de Colombia «en la promoción de un cambio transformador en las políticas internacionales de drogas», así como el de Bolivia en un «proceso de revisión de la hoja de coca que podría marcar un punto de inflexión crítico por los derechos humanos de los pueblos indígenas».
EFE