LA PAZ.- El destituido jefe militar del Ejército de Bolivia Juan José Zuñiga, que lideró el pasado 26 de junio un alzamiento militar, asegura que no buscó hacer un «golpe de Estado» contra el Gobierno de Luis Arce sino «canalizar» una conspiración para evitar una ruptura constitucional, dijo este lunes a EFE su abogado Armando Magne.
Magne dijo que el día de la toma armada de la sede Ejecutiva y Legislativa en la ciudad de La Paz, no se intentó «un golpe de Estado» sino evitar «una conspiración tramada desde el 2023» por algunos militares que Zuñiga logró canalizar.
«(Zuñiga) canaliza de otra forma (el despliegue militar) para que no se suscite el golpe de Estado», afirmó.
El abogado hizo énfasis en que algunos militares de grados inferiores como los mayores Leonel Sanjinés y Miguel Fernando Iriarte, entre otros, dieron un libreto a Zuñiga y enviaban mensajes para que declarara ante los medios aquella jornada.
«Le enviaron el discurso (para) cuando se posesione como presidente, pero Zuñiga sabía que no iba a cometer ese acto, solamente iba a ser como un acto de protesta», señaló el abogado.
«Las fuerzas se repliegan (de la sede del Ejecutivo) por orden de Zuñiga, no por el cambio del Alto Mando Militar», agregó.
Magne indicó que el exjefe militar «tiene en su conciencia» que nunca ha querido derrocar al Gobierno, sino que «ha tomado» un plan que «iba a ser suscitado con o sin él» para expresar la molestia de un grupo de militares, pero que finalmente él consiguió «asegurar al Gobierno democráticamente elegido».
También aseguró que las acusaciones contra Zuñiga de terrorismo y alzamiento armando se refieren a hechos consumados, algo que consideró que el 26 de junio no sucedió y que serán sus argumentos de defensa durante el juicio.
Zuñiga es acusado de tomar la sede presidencial por unas horas junto a otros militares a su mando por unas horas, incluso llegando a derribar con un tanque la puerta del antiguo Palacio de Gobierno.
El presidente Arce relevó al jefe militar el mismo día, ante lo cual Zuñiga y las tropas se replegaron, el excomandante fue detenido y ahora está recluido preventivamente en una cárcel en el centro del país.
Durante su aprehensión, Zuñiga acusó a Arce de haber ordenado la acción militar para «levantar su popularidad» ante la crisis económica, y también dijo ese día que iba a liberar a los «presos políticos» incluyendo a la expresidente Jeanine Áñez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho.
Más de una veintena de personas, entre militares y civiles fueron procesados por estos hechos, la mayoría cumple prisión preventiva, mientras que otros tienen detención domiciliaria.
La oposición y el expresidente y líder del oficialismo Evo Morales (2006-2019), quien está distanciado del Ejecutivo, coincidieron por separado en que fue un «autogolpe», mientras que el Gobierno de Arce insiste en que fue un «golpe de Estado fallido».
EFE