#EspecialUR Cabrera: Los inicios de un inmortal del deporte venezolano

Foto: María de los Ángeles Santos López

CARACAS.- La temporada 2023 de la MLB marcará el final de la carrera de Miguel Cabrera,  un jugador que durante 21 campañas deslumbró a propios y extraños.

Miggy inspiró a muchos jóvenes a seguir sus pasos.

Cabrera ocupa desde ya uno de los escalones más altos en la historia, aunque su llegada a la cima no fue fácil.

Siempre se ha dicho que lo más difícil para cualquier jugador no es ascender a las Grandes Ligas, sino mantenerse y qué mejor ejemplo que lo vivido por un pelotero llamado a ocupar un lugar el Salón de la Fama de Cooperstown tras su retiro.

En Maracay comenzó todo

Nacido en 1983 en el seno de una familia humilde en Maracay, estado Aragua, José Miguel Cabrera Torres desde muy pequeño tuvo el béisbol como una de sus grandes pasiones junto al voleibol.

Su desempeño a la corta edad de 14 años hizo que muchos scouts y ojeadores de Las Mayores lo tuvieran entre sus principales candidatos.

Ya con 16 años, la gran oportunidad llegó a la puerta de “Miggy”:

Los Marlins de Florida. El equipo de la Bahía logró hacerse con el aragüeño tras pactar por un bono alrededor de 1.8 millones de dólares, una cantidad nunca vista para un jugador amateur en el país, pero que sirvió de preámbulo para lo que cosecharía más adelante.

Pocos pueden afirmar que desde sus inicios fueron tocados por la “grandeza”, algo que fácilmente podría decir Cabrera pues en su debut en MLB con Florida tuvo un juego para enmarcar. El derecho conectó un cuadrangular para dejar en el terreno a los Devil Rays de Tampa y convertirse en el primer pelotero en hacerlo tras casi una década.

Como si un debut soñado no fuera suficiente, el maracayero cerraría una gran primera temporada disputando nada más y nada menos que una Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York. 

La osadía mayor fue inolvidable: Cabrera le conectó un batazo de vuelta completa a uno de los mejores lanzadores en la historia del diamante: Roger Clemens. Al final, todo concluyó con unos Marlins campeones y un Miguel Cabrera firmando su primer y único anillo del “Clásico de Octubre”.

Un año después seguiría consolidando su nombre en Las Mayores al firmar la primera temporada con 30 cuadrangulares y asistiendo a su primer Juego de Estrellas.

Sin embargo, a pesar de destacar los logros colectivos no volvieron y en el 2008 inició una nueva aventura al firmar con los Tigres de Detroit, equipo en el que cerrará su carrera y con el que vivió los hitos más importantes.

Quizá el de mayor renombre fue la triple corona alcanzada en 2012, hazaña que ningún latino había conseguido en la historia y que se dio en medio de una hegemonía de tres años finalizando como campeón bate del joven circuito (2011-2013).

Recordemos que al hablar de triple corona, nos referimos a que un pelotero finaliza una temporada liderando tres categorías o estadísticas ofensivas en su respectiva liga. En el caso de Miggy, culminó 2012 como líder de la Americana en cuadrangulares (44), carreras impulsadas (139) y average (.330).

Miembro del club de los 500 jonrones y los 3000 hits, Cabrera tiene un solo destino, si la justicia en el deporte existe, y es el que lo coloca dentro de la Villa de Nueva York, allí donde todos sueñan llegar: al Salón de la Fama, para acompañar al único venezolano que hasta ahora ha dejado su nombre inscrito ahí, Luis Aparicio El Grande.

¡Que la justicia acompañe a Cabrera! 

Alexis Bonilla Cedeño / Unión Radio