Sinaid Garcés/Unión Radio
CARACAS.-El día de las madres es todos los días. Es un mantra que escuchamos siempre cuando se aproxima cada segundo domingo de mayo en el que se homenajea a la reina de la casa.
Desde hace cuatro años la señora Juana no ve a su hijo menor quien se fue del país. Desde entonces no han podido reencontrarse.
«Bueno lo veo es por whatsapp cuando me llama. Si me duele que se haya ido», expresó con nostalgia.
Juana alienta a quienes también viven el llamado «nido vacío» en sus hogares a mantener el contacto diario.
«Piensen que ellos se fueron para buscar una mejor vida y que los sigan bendiciendo, Dios está con ellos y lo van a lograr»
Si Juana tiene un vacío, Gladys tiene tres. De los cuatro hijos que procreó, tres emigraron a Chile hace seis años y hasta hace poco pudo visitarlos.
Gladys nos contó que el mejor regalo es hablar con ellos.
«Cuando pueden me envían, porque aunque estén fuera del país no están muy bien que digamos pues, porque la situación también está fuerte», contó.
Gladys mantiene la esperanza de que sus muchachos regresen a casa.
«Tengo la certeza que Venezuela se va acomodar y ellos van a estar de nuevo en nuestro país».
Yasmin y Erickson son madre e hijo que decidieron partir a Colombia en busca de mejores posibilidades.
Yasmin describe cómo se sintió cuando tuvo que regresar para atender otros compromisos.
«Con una depresión pero muy fuerte, con una tristeza en mi que no podía controlar, con un sentimiento muy bajo porque yo deseaba ver a mi hijo en ese tiempo», recordó con tristeza.
Para Erickson fue muy difícil despegarse de su madre.
«No fue nada fácil para mí poder estar solo, porque yo nunca había estado solo. Yo siempre como cualquier venezolano que ha salido de su país y que ha dejado a su familia, siempre he estado rodeado de personas que lo quieren», dijo Erickson.
Él nos confesó que después de haberse separado de su mamá durante 3 años, ahora la valora y respeta más.
«Soy ahora su bastón. Ella antes cuando yo era niño me cuidaba ahora me toca a mí cuidarla a ella, porque las madres llegan a un punto donde se ponen frágiles y más cuanto están en otro país», detalló.
El psicólogo de adultos mayores, Erick Arias, cuenta que siempre existirá el deseo del reencuentro entre madres y sus hijos, por ello sugirió establecer una meta.
«Hay que organizarse, colocar un plan a futuro tan próximo, dependiendo de su estatus socioeconómico, pero previo a eso más allá de no haber tenido mucho tiempo sin ver a sus hijos es el contacto que tenemos en el presente con ellos», recomendó Arias.
La ausencia física de una madre es un duelo que se aprende a llevar. Si ya no está en este plano terrenal toca recordarla con una sonrisa.
Si la tiene viva, cuídela, abrácela, y no se olvide de llamarla si está fuera del país porque seguramente su corazón latirá tan fuerte que no habrá mares ni cielos que lo detenga.
Es una sensación que sólo una madre puede entender.