CARACAS.- La celebración del día del amor da para muchas historias. Las que aquí les contamos tienen como punto común el teléfono, ese aparatico que a veces se acerca, pero también separa a las parejas. El celular puede ser en muchos casos el tercero en la relación, para bien o para mal.
Edición y montaje: Homero Hernández
La historia de Carolina y Alejandro es una pareja que inició siendo adolescentes y nos recuerda que el amor necesita más que palabras en una pantalla. Fue un amor que nació entre mensajes y llamadas, sobrevivió al frío y amargo sentimiento de la distancia y al tiempo. Alejandro después de 5 meses viajó a otro país.
«Dijimos vamos a darle, sigamos con esto, sí se puede y en ese momento no se sintió como una carga», dijo ella.La emoción y la adrenalina del desafío los invadió, dejando de lado cualquier rastro de duda o fatiga. Era como si una fuerza invisible los impulsara hacia adelante, alimentada por la pasión y la convicción de que juntos podían lograr lo que se propusierán.
Carolina y Alejandro se amaban con locura. Las horas se les iban volando entre videollamadas interminables y mensajes de voz que se repetían una y otra vez. Sus conversaciones eran su refugio, el lazo invisible que los mantenía unidos a pesar de la distancia. Cada palabra, cada risa compartida, alimentaba la esperanza de un futuro juntos.
“Solo podíamos quedarnos aferrados a nuestras conversaciones. Se intentó que fueran lo mejor posible, que aunque eran distantes que fueran largas para actualizarnos», expresó con emoción.
Carolina y Alejandro se amaron profundamente durante siete años. Pero la distancia los separó y la chispa se fue apagando. La comunicación se hizo cada vez más difícil y las dudas sobre el futuro juntos comenzaron a crecer. La tristeza y la incertidumbre se apoderaron de la relación, dejando una herida abierta en sus corazones.
“Vamos a conversar, hablar un rato. Vamos a ver una serie, veamos una película y él quizás era un poco más pesimista en decir si es que nos vamos a volver a ver, si es que eso se pueda, seguro falta mucho para volvernos a encontrar. Eso me hirió, me hizo más pesimista y apagó esa chispa”, recordó con nostalgía.
¿Podría haber equlibrio con el uso del celular para las parejas?
En un mundo donde la tecnología rodea la cotidianidad, la historia de María Claudia y Luis Carlos, dos jóvenes periodistas, han tejido un relato conmovedor sobre el equilibrio entre el mundo digital y el amor. Sus manos, expertas en el arte de narrar, han aprendido a domesticar la tecnología, a establecer límites saludables con sus teléfonos celulares.
La confianza y el manejo del tiempo, pilares fundamentales de su relación, se entrelazan con el apoyo constante, el amor y la equidad. Juntos, han descubierto que el verdadero tesoro se encuentra en el mundo real, en las miradas que se cruzan, en las risas compartidas, en los momentos que construyen un legado de amor y comprensión.
«Al principio era un problema pero después de tanto tiempo porque somos periodistas y tenemos que estar todo el tiempo con el teléfono para ver las noticias, hablar con nuestros compañeros y para estar activos en lo que estamos haciendo», expresó Maria Claudia.
Seguidamente Luis Carlos destacó que «siempre entender al otro es más importante más allá de lo que puede suceder con los teléfonos».
Para ambos, la confianza y el manejo del tiempo son claves para mantener el noviazgo con apoyo constante, amor y equidad.
Las redes mas allá de separar deberían unir un poco más las cosas, siempre con las conversaciones se puede llegar a estar bien
El amor nunca sabe qué jugada le tiene guardada la distancia.
En el laberinto del destino, donde el amor y la distancia juegan a las escondidas, se cruzaron dos almas destinadas a amarse. Ella, estudiante de enfermería, encontró en el hospital el amor que creyó perdido. Él, un joven lleno de vida y esperanza, luchaba contra un tumor en la médula espinal.
Juntos construyeron un mundo donde la alegría y el amor eran el mejor antídoto para cualquier mal. Pero el destino, caprichoso e impredecible, tenía otros planes. Él necesitaba volver a su tierra, y la distancia se convirtió en un muro infranqueable.
El celular fue el puente que unió sus almas, fortaleciendo un amor que parecía invencible. Pero el frió de la distancia los arropó y terminaron su relación aunque decidieron quedar como amigos.
Pero la vida es un suspiro, y el joven luchador no pudo vencer su batalla. El amor se vistió de luto, y a ella le faltó tiempo para darle el último adiós.
¿Qué dicen los expertos?
El psicólogo, Richard Pacheco nos nos guía a través de los desafíos que implica amar desde lejos. La comunicación se vuelve un hilo frágil, las palabras se interpretan con recelo y la soledad se instala como un huésped no invitado y también cómo tener una relación saludable.
Según la teoría triangular del amor de Robert Stenberg, la única forma de tener un amor consumado sería logrando combinar tres elementos, pasión que significa contacto y atracción física, intimidad, traducida en cercanía y confianza, y compromiso que implica mantenernos juntos sin importar lo que ocurra, pero la única manera de lograrlo es construyendo puentes de unión y no de separación.
Hay dos formas en que una pareja puede estar dividida y alejada, una involucra lo físico y la otra lo emocional, las relaciones a distancia, son un ejemplo claro de cómo el amor puede agotarse por la falta de estos elementos, solo el compromiso puede sostenerlo a largo plazo, pero al no tener la intimidad y la pasión necesarias para el éxito, entonces nuestra conexión se diluye y podemos pasar por el penoso dolor de terminar abruptamente, o por la irresponsabilidad de buscar otras opciones.