MADRID.- El crecimiento del turismo en el mundo, especialmente tras la pandemia, ha reavivado el debate sobre la compatibilidad con la vida de las ciudades en los destinos más demandados, sobre todo en Europa, en tanto que otras áreas, como América Latina, se afanan en captar viajeros como vía de crecimiento.
Este viernes 27 se celebra el Día Mundial del Turismo en medio de un debate por el aumento de la presión sobre determinados destinos.
Más allá de España donde han prendido movimientos contra la masificación, la percepción en torno a este asunto es diversa, con limitaciones en los lugares más visitados y promoción de los destinos en aquellos que ven en esta industria una fuente de desarrollo.
Además de las restricciones a las viviendas de uso turístico que se extienden sobre todo por Europa, los destinos se afanan, con escaso éxito, en dar con medidas que ordenen el turismo. En América Latina, más allá de limitaciones puntuales, el fenómeno es justamente el contrario.
Límites en los mercados europeos
Venecia (Italia) ha sido la primera ciudad del mundo en cobrar una entrada (hasta el pasado 14 de julio) de cinco euros (5,59 dólares) para quienes no pernoctan, pero los lugareños lo consideran insuficiente. Recibe 30 millones de visitantes al año y, en su centro histórico residen, por primera vez desde 1871, menos de 50.000 personas.
También en Italia, la última iniciativa ha sido la de cobrar por lanzar una moneda a la Fontana di Trevi de Roma, cuyo Ayuntamiento ha confirmado los planes de pago de dos euros (2,24 dólares) para visitar la fuente, que además deberá hacerse con reserva previa.
Entre las ciudades más activas es Ámsterdam (Países Bajos), donde los viajeros que pernoctan en un hotel pagan casi 17 euros por persona y noche. Sus últimas medidas son el veto a la construcción de nuevos hoteles, la prohibición de que los cruceros atraquen en la terminal de pasajeros y limitaciones en las viviendas de uso turístico.
EFE