Roma.- Un gol espectacular y una asistencia perfecta de ‘Mo’ Salah le permitieron este martes al Liverpool desactivar a un Bologna por 2-0 que buscó la sorpresa, que intentó la gesta en la Liga de Campeones, en una plaza tan mítica como Anfield con un juego valiente y agresivo que, para su desgracia, topó con la solidez y calidad de un equipo en un escalón superior.
Como ante Milan en la primera jornada, Liverpool demostró ser un equipo sencillamente mejor que el Bologna. Aquel día, Salah pareció estar gafado, porque pese a todo lo que generó se marchó «de vacío» de San Siro.
El egipcio se tomó su venganza personal contra otro equipo italiano, al que destrozó con dos pinceladas de jugador élite, imparables e imprevisibles para el Bologna.
Con honor cayó el equipo de Vincenzo Italiano en Anfield, eso sí. Con la cabeza alta. Lo intentó de todas las manera e incluso en algunos momentos pareció acercarse al gol, a la épica, a la gesta.
Enorgulleció pese a la derrota a una ciudad que no peleaba en Champions desde 1964, hace 60 años, pero los ‘Reds’ exhibieron oficio y calidad a partes iguales, así como una gestión perfecta del duelo, sin perder en ningún momento, por mucho que apretara el Bologna, la cara al enfrentamiento.
Esa fue la clave de la victoria de los de Arne Slot. Salieron con todo, un terremoto perfectamente orquestado que superó por mucho al Bologna, nervioso en los primeros minutos en un escenario tan imponente. Fue un carrusel de ocasiones. Salah por un lado, Luis Díaz por el otro. Darwin Núñez en el carril central. Szobolzlai llegando desde atrás como un tren. Y Mac Allister como un goleador inesperado.
Porque fue el argentino el que desbloqueó el partido en el minuto 11 materializando la superioridad de los ingleses. Un centro perfecto de Salah, suave con el interior de su zurda, permitió al campeón del mundo rematar a placer para batir a Skorupski. Al gol le sucedieron varias ocasiones, pero la falta de puntería de los ingleses permitió soñar al Bologna.
Fueron pasando los minutos y los boloñeses perdieron el miedo. Se desquitaron de la presión y plantaron cara a todo un Liverpool. Fueron valientes, arriesgados con un planteamiento ofensivo. Y les funcionó durante buena parte de la primera mitad.
Se topó con la madera dos veces Ndoye, un dolor para la defensa ‘Red’. Primero tras una salida mala de Alisson. Después cazando un balón suelto en el área cuando Bologna merodeaba el gol. Orsolini trabajó por banda derecha para generar peligro, para colgar balones al área. Pero no aprovechó el Bologna ese gran momento que podría haber conducido al empate antes del descanso.
Y eso en Anfield, al final, se paga. El precio fue una obra de arte del protagonista de la noche. Una jugada clásica del egipcio. Y aún así muy difícil de parar. Se metió hacia dentro y con su zurda clavó el disparo en la mismísima escuadra. Un golazo para cerrar el duelo en el 75, para desactivar definitivamente a un encomiable Bolonia.
Liverpool firmó el pleno en Champions. Dos equipos italianos, dos victorias. Bologna mandó un aviso a navegantes: puede competir contra todos.
EFE