REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Durante un tiempo se creyó que los edulcorantes artificiales no tenían efectos en el cuerpo, sin embargo, un nuevo estudio indica que algunos, como la sacarina, pueden alterar el microbioma de una manera que afecte a los niveles de azúcar en sangre.
Un equipo dirigido por Eran Elinav del Instituto de Ciencia Weizmann había ya probado que este tipo de edulcorantes afectan al microbioma de los roedores y a sus respuestas glucémicas, por lo que quiso saber si tienen el mismo efecto en las personas.
Los investigadores que publican sus resultados en Cell eligieron una cohorte de 120 personas en seis grupos: dos de control y cuatro a los que dieron aspartamo, sacarina, estevia o sucralosa en cantidades muy inferiores a las permitidas por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadodunidense (FDA).
Elinav indicó que en las personas que tomaron edulcorantes artificiales pudieron “identificar cambios muy distintos en la composición y la función de los microbios intestinales, y las moléculas que secretan en la sangre periférica”.
Para los expertos esto “parece sugerir que los microbios intestinales del cuerpo humano son bastante sensibles a cada uno de estos edulcorantes«, afirma Elinav.
Además, vieron que la sacarina y la sucralosa «afectaban significativamente a la tolerancia a la glucosa en adultos sanos” y que los cambios en la microbiota intestinal “estaban altamente correlacionados con las alteraciones observadas en las respuestas glucémicas de las personas».
Para establecer la causalidad entre ambas observaciones, el equipo transfirió muestras microbianas de los sujetos del estudio a ratones criados en condiciones completamente estériles, por lo que no tenían microbioma propio.
Los resultados (destacó Elinav) fueron “bastante sorprendentes». Al transferir a los ratones el microbioma de las personas que tuvieron una mayor respuesta al consumir edulcorantes artificiales, los animales desarrollaron alteraciones glucémicas que “reflejaban de forma muy significativa las de los individuos donantes”.
Por el contrario, los microbiomas de los individuos que no respondieron a los edulcorantes fueron incapaces de provocar tales respuestas glucémicas.
«Estos resultados sugieren que “los cambios del microbioma en respuesta al consumo humano de edulcorantes artificiales pueden, en ocasiones, inducir cambios glucémicos en los consumidores de forma muy personalizada».
EFE