BOGOTÁ.- Iván Duque aseguró en su última alocución como presidente de Colombia que declarar el confinamiento y el cierre de fronteras durante la pandemia «fue la decisión más difícil de tomar en estos cuatro años».
«Declarar el aislamiento preventivo obligatorio y el cierre de nuestras fronteras fue la decisión más difícil de tomar durante estos cuatro años y con seguridad en toda la historia de nuestro país», dijo Duque, que hoy pasará las riendas del país a Gustavo Petro.
El mandatario de derechas subrayó que de los 48 meses de Gobierno, 30 se desarrollaron con un «virus desconocido que en cuestión de días nos obligó a detenernos y a poner en pausa hasta las más sencillas actividades de nuestra vida cotidiana», lo que supuso «la peor crisis que ha tenido la humanidad en los últimos 100 años y que ha tenido que afrontar presidente alguno de Colombia».
«En nuestro Gobierno todas las decisiones se tomaron pensando en la totalidad del pueblo colombiano», aseguró el mandatario, quien destacó que el paso del huracán Iota a finales de 2020 por el archipiélago de San Andrés y Providencia acabó de agravar la crisis.
Sin embargo, aseveró que su gobierno desarrolló programas sociales, como el de garantizar la gratuidad de la educación superior para poblaciones desfavorecidas o «el programa más exitoso de empleo juvenil que ha tenido nuestro país», que ha permitido, mediante subsidios a la Seguridad Social, que «más de 500.000 jóvenes han encontrado empleo formal por primera vez».
LAS PROTESTAS
También se refirió a las protestas sociales que comenzaron en 2019 y vivieron su máximo apogeo en 2021, cuando decenas de miles de personas salieron a las calles clamando contra la desigualdad y las políticas del gobierno y la violencia policial dejó decenas de muertos.
A pesar de eso, Duque dijo que tuvieron que enfrentar «la violencia de quienes pretendieron, sin representar a la mayoría de los colombianos, desestabilizar la institucionalidad causando destrucción en nuestras ciudades y bloqueando nuestras vías sin pensar en el daño que se causaba».
Durante su sobrio discurso final, de unos 15 minutos, también defendió su política de «paz con legalidad», que es la forma que su gobierno usó para implementar un acuerdo de paz que constitucionalmente tenía que aplicar pero que no defendía y del que su partido, el Centro Democrático, fue su máximo detractor.
«La política de paz con legalidad también es otro legado que garantizó el cumplimiento de la implementación de los acuerdos de paz», dijo escuetamente, a pesar de que la violencia se ha recrudecido en muchos territorios del país por el descontrol de grupos armados que intentan imponer su control en esas tierras.
«Enfrentamos a las bandas criminales con todo el poder legítimo del Estado y aunque el accionar de quienes continúan delinquiendo financiados por el narcotráfico aún causa la muerte de líderes sociales e infunde temor en distintos lugares del territorio, logramos obtener la tasa promedio de homicidios en este cuatrienio más baja en 40 años», destacó.
Este domingo, Gustavo Petro asumirá, junto a la vicepresidenta electa, Francia Márquez, como el primer presidente de izquierdas del país, en una ceremonia a la que asistirán una decena de jefes de Estado y decenas de miles de personas.
EFE