NUEVA YORK.- Científicos desarrollaron un dispositivo electrónico diminuto, más pequeño que la uña del dedo meñique, que se coloca directamente sobre el riñón trasplantado.
Asimismo, el aparato servirá para controlar de manera continua y en tiempo real la salud del órgano.
Los investigadores de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, probaron el implante ultrafino y blando en ratas y aseguran que puede detectar irregularidades de temperatura asociadas a la inflamación y otras respuestas del organismo que surgen con el rechazo del trasplante; y lo hace antes que otros métodos control actuales.
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Una vez descubiertas, alerta al paciente o al médico mediante la transmisión inalámbrica de datos a un teléfono inteligente o una tableta. La descripción de este dispositivo de tan solo 0,3 centímetros de ancho, 0,7 centímetros de largo y 220 micras de grosor, se publica en la revista Science.
El rechazo a un órgano puede producirse en cualquier momento después de un trasplante y a menudo es silencioso y los pacientes pueden no experimentar síntomas, señalan los autores del estudio en un comunicado de la universidad.
Esto, apunta el investigador Lorenzo Gallon, provoca ansiedad entre los pacientes. «Nuestro dispositivo podría ofrecerles cierta protección».
La forma más sencilla de controlar la salud del riñón es medir determinados marcadores en la sangre, niveles de creatinina y nitrógeno ureico. Pero sus niveles pueden fluctuar por motivos ajenos al rechazo de órganos, por lo que el seguimiento de estos biomarcadores no es sensible ni específico, y a veces da lugar a falsos negativos o positivos.
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EFE